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Ollos de Roque 2014, un ribeiro con sabor a musgo y miel

fotografía de Leandre escorsell Estilismo de Anna Vallès

La cepa es un pequeño árbol de la vida, síntesis de aspiraciones para construir un modelo de existencia. Así empezaron los agricultores Lili Fernández y Iago Garrido

EN RIOBOÓ, Ourense, Fazenda Agrícola Augalevada demuestra algo que uno siempre había barruntado: la tierra tiene una mirada propia y muy pocos son los que saben conectar con ella y recoger su luz. Porque esa luz nace de algo tan huidizo como el granito, que viste allí de verde y agua. No es casualidad que una de las tradiciones más antiguas del vino en España sea la del ribeiro y, por supuesto, tampoco lo es que Ollos de Roque 2014 haya nacido en esa zona. Los “ojos de la tierra” nos escrutan desde la botella como los de un niño y nos interrogan sobre nuestra inocencia como bebedores. Hay que arañar el granito con pasión y sumergirse en la mimosa, hay que oler las flores entre las piedras y los panales cerca del río. La frescura es verde y tiene aires de hierba sana. La fluidez adquiere aquí un sentido primordial.

Ficha técnica

Fazenda Agrícola Augalevada, Ollos de Roque, 2014.

– DO Ribeiro, 13%. Sobre suelos de granito que miran al sureste viven cepas de treixadura, albariño, lado, godello y loureira en cultivo ecológico y biodinámico. Las uvas fermentan en acero inoxidable y pasan después a tinajas de barro enterradas en el suelo. El vino reposa un año en botella. Precio: 20 euros aproximadamente.

Sensaciones
– Las raíces de la tierra saben a musgo y a miel, a prado y al primer sol de la mañana. Hay vinos que nacen de la nada para llegar a ser todo.

A través del cristal
– Platos y portavelas de Habitat. Copa para riesling y zinfandel de Riedel.

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