La familia Perrier-Jouët crece
La bodega francesa fundada en 1811 lanza un nuevo champagne tras 50 años de silencio
En la bodega Perrier-Jouët, una de las cinco más antiguas en la región de Champagne, meditan mucho cada movimiento, tanto que hace más de 50 años que la maison no sacaba una nueva referencia. El chef de cave Hervé Deschamps, el séptimo enólogo que está al frente de la empresa, presentó el pasado miércoles en Madrid su criatura: Blanc de Blancs. "Mi objetivo ha sido conservar la frescura y la elegancia de la uva chardonnay después de tres años de añejamiento en bodega. En Champagne es muy difícil encontrar nuevos viñedos de chardonnay, que es la uva reina de la región, por eso este es un trabajo en el que hay que tener paciencia. Vamos probando con distintos ensamblajes, pero para ver los resultados hay que esperar tres años", comenta Deschamps, quien presentó a su novedad en sociedad el pasado abril en Tokio.
Perrier-Jouët, fundada en 1811 en Épernay por el matrimonio formado por Pierre Nicolas Perrier y Adèle Jouët, es una de las bodegas más famosas de la región francesa de Champagne y sus vinos son, al igual que los de Dom Pérignon, sinónimo de lujo. Sus champanes se sirven en bodas reales, como en la de Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock en 2011, no faltan en la ceremonia de entrega de los Oscar en Los Ángeles y han aparecido en el cine en cintas como Malditos bastardos, de Quentin Tarantino.
"En 1993, cuando llegué a la maison, comenzamos a reflexionar sobre qué vino podíamos crear para celebrar el nuevo milenio y no lo hemos lanzado hasta ahora, que es cuando hemos conseguido un ensamblaje que respondía a nuestras expectativas y podemos garantizar cierta producción", explica el enólogo francés. Blanc de Blancs se ha lanzado en 10 países en cantidades muy limitadas y una botella cuesta 70 euros. Desde su entrada a la bodega, Deschamps ha creado varias referencias, pero solo para ocasiones especiales, no han sido productos que se elaboren de forma continuada.
En el nuevo coupage no solo el nombre es blanco. "Tiene aromas de flores blancas como la magnolia o la acacia; de frutas blancas como pera y paraguaya y, finalmente, de cítricos, pomelo y limón. En boca tiene una burbuja muy fina que permite descubrir la complejidad del vino y conserva la mineralidad que es la firma de la uva chardonnay", explica el enólogo, quien añade a este nuevo champán un 15% de vinos de reserva, lo que permitirá ofrecer una calidad homogénea en sucesivas vendimias.
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