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Alerta en Venezuela por cinco muertes causadas por yuca amarga

Cuatro de las víctimas son de una misma familia que consumió la variedad amarga del tubérculo

Un campesino paraguayo prepara ollas de yuca.
Un campesino paraguayo prepara ollas de yuca.EFE

La muerte de cinco personas en Caracas por comer yuca, un tubérculo ampliamente consumido en algunos países de América Latina, ha alarmado a la sociedad venezolana. El problema es que existen dos variedades de este alimento: la yuca dulce o común y la amarga, que tiene un alto nivel de toxicidad y puede llegar a ser mortal, incluso después de varios días, como ocurrió la semana pasada a cuatro miembros de una familia y una vecina suya.

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El pasado 11 de febrero, los Cruz Durán, originarios de Colombia y asentados en Caracas, compraron a un vendedor ambulante tres kilos del tubérculo, sin darse cuenta de que era de la variedad amarga. El mismo sábado en la tarde, uno de los hermanos, de 53 años, se sintió mal, y tras dos visitas al hospital, murió la madrugada del lunes. Cuando la familia apenas volvía del entierro, otros de sus miembros empezaron a repetir los síntomas de malestar que había tenido el fallecido. El miércoles murieron un sobrino de 19 años y una vecina de la familia; el jueves, otro de los hermanos, de 65 años, y el sábado, perdió la vida la última de las hermanas que había comido el mortal plato.

La yuca tiene ácido cianhídrico, que se transforma en cianuro, un veneno mortal para el ser humano. En la dulce, la presencia de este compuesto es mínima y no llega a afectar el cuerpo, pero en la amarga es mayor, por lo que ataca las células nerviosas, daña el aparato digestivo, las funciones de los pulmones y los riñones.

La yuca amarga se puede distinguir de la dulce por sus características físicas y al momento de cocinarla. Su pulpa es de color rosado y se vuelve amarillo, mientras que la yuca comestible es blanca y no cambia con el calor. Además, la corteza es más gruesa, tarda mucho más en ablandarse y es difícil quitarla, a diferencia de la de yuca dulce, que se desprende con más facilidad. El Servicio de Información de Medicamentos y Tóxicos (Simet) de la Universidad Central de Venezuela advierte de que simplemente si al probar el centro de la carne de la yuca se percibe un sabor amargo, hay que desecharla.

Ante la escasez y el encarecimiento de otros productos en Venezuela, donde la inflación el año pasado fue de más de 400%, ha aumentado el consumo de yuca, que sigue siendo barata, y se ha extendido su venta ambulante por los llamados buhoneros. La familia afectada había comprado tres kilos del tubérculo por mil bolívares, según el periódico venezolano El Universal, mientras que la canasta básica cuesta más de 500.000 bolívares.

Estas nos fueron las primeras muertes por yuca en Venezuela. En enero, medios locales reportaron el fallecimiento de un niño de cinco años, y en 2016 se tiene conocimiento de al menos cuatro personas, de acuerdo con declaraciones del toxicólogo Norman Cutt al mismo diario.

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