7 fotosEllas se arrugan antes y a ellos les crece la nariz: así envejecemos hombres y mujeresPara que no le pille por sorpresa, la ciencia explica cómo vive su cuerpo el paso del tiempo, según su sexoBuenaVida03 dic 2016 - 10:20CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLas arrugas son el signo más representativo de la edad. Los hombres parten con ventaja: su piel presenta características más apropiadas para mantenerse firme con los años, según un trabajo publicado en el ‘Journal of Dermatological Science’. Aunque la estructura cutánea y sus capas son iguales en ambos sexos, la piel masculina es hasta un 20% más gruesa, lo que la hace más resistente a los efectos del tiempo. Además, posee más colágeno, encargado de otorgar firmeza y resistencia a nuestra dermis y huesos, y mayor cantidad de elastina que, como su nombre indica, aporta elasticidad. Según la Escuela de Medicina Sackler de Tel Aviv (Israel), la piel masculina también es más grasa, lo que deriva en que tiene menos arrugas pero, una vez que aparecen, éstas son más marcadas y profundas.Nuestros rasgos faciales cambian con el tiempo y, además de las arrugas, nuestra cara refleja los signos de la edad de manera más destacada que cualquier otra parte del cuerpo. La pérdida de tono muscular y el hecho de que la piel pierde grosor hacen que nuestra cara resulte menos firme y más flácida. La exposición continuada al sol a lo largo de los años facilita la aparición de manchas oscuras, sobre todo en féminas ya que poseen una piel más fina. En hombres, es más frecuente que las orejas, y en menor medida la nariz, se hagan mayores a consecuencia del continuo crecimiento del cartílago del que están compuestas. En ambos sexos, las encías suelen retraerse con los años y, si sumamos la pérdida de piezas dentales, la boca y los labios ofrecen una apariencia aún más arrugada.Todas las personas perdemos masa ósea con el paso del tiempo, pero esta disminución se ve incrementada en mujeres por la disminución de estrógenos tras la menopausia. La prevalencia de la osteoporosis en nuestro país asciende al 8,2% de los varones y 21,9% de las mujeres de entre 51 y 70 años, y esta brecha entre sexos se incrementa aún más con el paso de los años alcanzando al 8,4% de los varones y 40,9% de las mujeres de más de 70 años. Otras patologías relacionadas con huesos y articulaciones, como oseoartritis, lumbalgias, gota, artrosis o fibromialgias, también tienen como protagonistas principales a las mujeres. Por ejemplo, el riesgo de desarrollar una artritis reumatoide a lo largo de la vida es de 3,6% para las mujeres y de 1,7% para los varones, como cuenta una investigación de la Universidad de Oxford (Reino Unido).Si en el anterior apartado las mujeres presentaban más complicaciones, en cuanto a salud cardiovascular, son los varones quienes llegan en peor estado a la vejez. La mortalidad causada por complicaciones cardiacas es muy superior en ellos, aproximándose al doble en algunos casos como cardiopatías isquémicas o infartos de miocardio. Una buena parte de la protección cardiovascular femenina le viene otorgada por sus propias hormonas, aunque también hay que tener en cuenta que a partir de la menopausia, y con la disminución de éstas, se multiplica el riesgo de padecerlas. Por otra parte, Fundación Española del Corazón recuerda que otros factores como el tabaquismo, la hipertensión, la obesidad, la diabetes y el sedentarismo, están más presentes en hombres lo que influye en que sean ellos quienes estén afectados en un mayor porcentaje por estos problemas cardiacos.La caída del pelo también es una señal característica del envejecimiento y, aunque tanto hombres como mujeres tienden a perder grosor y cantidad, en esta ocasión, ellos son los más perjudicados. La inmensa mayoría de las calvicies está causada por la alopecia androgenética cuyos elementos son genéticos y hormonales. La pérdida de pelo de manera natural y debida al paso de los años es principalmente cosa de hombres, aunque en un pequeño porcentaje también afecta a féminas. Las causas son diferentes y en el caso femenino aspectos como la menopausia (con la consiguiente disminución de andrógenos) pueden actuar como desencadenantes.El pigmento por excelencia encargado de darle color a nuestra piel, a nuestro pelo e incluso a nuestro iris, es la melanina. Con el paso del tiempo la cantidad de melanina en los folículos pilosos disminuye y comienzan a aparecer más cabellos plateados. La canicie afecta a partes iguales a hombres y mujeres, aunque la en ellos aparece unos cinco años antes (generalmente a partir de los 30). Los genes son el principal desencadenante de las canas, por lo que las diferencias varían dependiendo de la persona. No obstante, los estudios que la etnia es uno de los mayores condicionantes. Así los caucásicos son los primeros en tener canas, después los asiáticos y finalmente los afroamericanos que son los menos propensos a la canicie.El cerebro masculino envejece algo más rápido que el femenino, como explica este trabajo de Universidad de Szeged (Hungría). Esto se traduce en una mayor incidencia en hombres de determinadas enfermedades neurodegenerativas como párkinson, en el que los varones casi doblan los casos femeninos. Una excepción es el alzhéimer: aproximadamente el 70% de los pacientes que sufren esta demencia son mujeres, según un estudio del Servicio de Neurología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Aún no sabemos exactamente a qué puede deberse este mayor número de casos en lado femenino, pero estudios más recientes , como este del Centro Médico de la Universidad Duke de Durham (EE UU), apuntan a que al menos una de las posibles causas sea la mayor presencia en ellas de una proteína llamada APOE4.