Malas noticias: las camisetas de propaganda no valen para el deporte
Su habitual tejido de algodón acumula humedad y no protege del viento. Mejor, microfibra. Y unas zapatillas que absorban el impacto de la pisada
Lleva una temporada dándole vueltas al tema, incluso ha convencido a algún amigo para dar un paseo a ritmo ligero, o tal vez ha agarrado a su sufrida mascota y la ha obligado a seguir su enérgico paso... Decidido: va a comenzar a caminar.
Lo siguiente es pensar en el equipamiento que necesita. Le asaltan las dudas: ¿puedo salir a andar con mis zapatillas de lona? ¿Necesito hacer una gran inversión en unas zapatillas especializadas que midan mi frecuencia cardíaca, los pasos que doy, los que da mi suegra y me indiquen cuándo tengo hora con el dentista? Y otra cosa más, ¿me tengo que vestir de color fluorescente?
Equípese con cabeza... y pies
Vayamos por partes, y la primera de ellas son los pies. No puede usar cualquier calzado si va a poner a trabajar sus pies durante 30 minutos o más. Como cuenta Toni Duart, entrenador en Nordic Walking Series, “un error común de la gente es pensar que como caminar es un deporte de bajo impacto vale cualquier calzado, y eso no es verdad. Las lesiones más comunes de los caminantes suelen ser por un calzado poco adecuado: sobrecargas en las rodillas, tendinitis, lumbalgias... Y se producen porque las zapatillas no absorben bien el impacto de la pisada”.
¿Y qué calzado lo absorbe bien? Las zapatillas específicas para caminar y las de correr. Según nos cuenta Javier López, de la tienda especializada en calzado deportivo Bikila, “el movimiento al andar o al correr es muy parecido, lo que varía en uno y otro caso es la fuerza del impacto, ya que corriendo es mucho mayor. Para caminar nos vale perfectamente un tipo de zapatilla de correr. Es la más cómoda que existe: estable, ligera e incluye tecnología de amortiguación, como aire inyectado o siliconas que suavizan los impactos. Alguien que camine con frecuencia va a reclamar estabilidad y amortiguación”.
Las lesiones más comunes se producen por llevar un calzado que no amortigua el impacto de cada paso
A la hora de elegir la zapatilla adecuada hay que tener en cuenta muchos aspectos. “El peso de la persona, el apoyo, los kilómetros que va a hacer, el terreno, si tiene el pie ancho o estrecho, si tiene el empeine alto o bajo... Si dos personas con diferente pie llevan la misma zapatilla, a uno de los dos le va a hacer daño seguro”, explica Javier López. Una vez que tenemos esto claro, la pregunta es: ¿necesitamos hacer una gran inversión en el calzado? “No hace falta irse a una gama muy alta, con que lleven una amortiguación en el talón es suficiente, así que valdría con una gama media o baja”, concluye López. En cualquier caso, Duart recomienda siempre “ir a una tienda especializada, en la que haya un profesional que nos asesore, y probarse el material”.
Y para hacer esto bien, hágalo con los calcetines con los que camina habitualmente y pruébese ambos pies. Las zapatillas no deberían quedar ni muy justas ni muy holgadas, su pie debería tener sitio en la parte delantera ya que al caminar se va a dilatar y a desplazar hacia delante. Pruebe varios modelos y fíese del personal especializado que le atiende.
Capas y microfibra
Vayamos ahora a la segunda parte: el cuerpo. ¿Con qué cubrirlo? A partir de ahora, y para siempre, erradique el algodón de su cajón de ropa deportiva: acumula la humedad, no mantiene su temperatura corporal y no le protege del viento. Es recomendable que utilice ropa de microfibra, que expulsa el sudor hacia fuera y mantiene su cuerpo caliente y seco.
¿Cuál sería el equipamiento básico?
Camiseta técnica (de microfibra), ya sea de manga corta o larga; pantalones anchos o mallas, un cortavientos (chaqueta que evita que nos dé el viento en el cuerpo y que además aguanta una fina lluvia); calcetines, una vez más, de tejido técnico y no de algodón, ya que estos tienen costuras que pueden producir rozaduras, y en el caso de las mujeres, un sujetador deportivo. Como indica Klaus Bös en su libro Caminar y carrera suave (Hispano Europea) hay que equiparse “con ropa cómoda y ligera. Es mejor seguir el principio de la cebolla: llevar varias capas de ropa para poderlas quitar una por una”. Se pueden añadir guantes y gorro en invierno, y en caso de un sol de justicia, una gorra o visera. Y respondiendo a su última duda: tranquilo, todas estas prendas también las podrá encontrar en discretos colores.
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