_
_
_
_
_

¿La siesta es realmente sana?

La somnolencia a la hora del almuerzo responde a cuestiones fisiológicas, aunque también puede esconder algún problema

La siesta es positiva siempre que de alguna forma no sea la respuesta a un mal hábito de sueño. Existe una somnolencia fisiológica a la hora del almuerzo, hayamos comido o no. Nuestro reloj biológico nos da un periodo de somnolencia a las ocho horas de levantarnos, y suele ocurrir aunque hayamos dormido bien, pero evidentemente se acentúa si no es así. Se recomienda dormir una siesta de 30 minutos. Si se cumple, es más fácil ponerse en marcha después.

Una siesta puede enmascarar una mala rutina. Si está destinada a reparar esa falta de descanso, cumple un papel parcial de quitarlo, pudiendo enmascarar algún trastorno como la apnea del sueño. Si uno duerme las suficientes horas y se levanta cansado de forma rutinaria, algo ocurre. Y si alguien duerme cinco horas es lógico que acabe sesteando. Es beneficiosa, por tanto, si hay buenas costumbres. Por ejemplo, si no se cumple con unos hábitos de alimentación adecuados, la siesta puede producir problemas relacionados con los ardores de estómago o la digestión pesada.

Conviene no retrasarla mucho, porque afecta al sueño nocturno. Recomendamos que no se alargue más allá de las 16 o 16.30 horas. Si se pasa de ese tiempo durmiendo, es fácil que uno se levante embotado, pues suplir las horas de sueño con la siesta impide que estés despejado. Me remito a esta célebre cita: “Una siesta es como descender al fondo de una piscina, tocar el fondo y volver a la superficie”.

*Javier Puertas es Jefe del Servicio de Neurofisiología y la Unidad de Sueño en el Hospital Universitario La Ribera, Alzira.

Envíenos su consulta sobre salud o bienestar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_