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LA ZONA FANTASMA
Columna
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Llamada a la delincuencia

Javier Marías
Sonia Pulido

Cada vez que un Gobierno, por lo general del PSOE, ha tomado alguna medida humanitaria o civilizada hacia los inmigrantes ilegales; cada vez que no se ha limitado a seguir el ejemplo de Aznar y deportarlos por las bravas sedados o amordazados o maniatados (o las tres cosas, ya no recuerdo bien), el PP y la derecha más salvaje han puesto el grito en el cielo y han denunciado que, con tales medidas, se estaba produciendo un “efecto llamada” para que siguieran llegando a nuestras costas y ciudades indocumentados de toda índole, muchos de los cuales venían tan sólo a delinquir o a vivir de gorra, a beneficiarse de nuestra sanidad pública, quitar empleos e ingresar dinero negro por el que no tributarían. Como ahora es el PP quien manda –no gobierna, sólo manda–, no dice una palabra sobre la gravísima llamada que él mismo está haciendo, no a los sin papeles africanos, sino a los delincuentes internacionales, siempre que vengan ya con dinero. Por un lado, se va a otorgar la residencia inmediata a los extranjeros que compren pisos o casas, lo cual equivale, llana y sencillamente, a vender dichos permisos a quienes puedan pagárselos. Por si cupiera duda, el Gobierno ha especificado que se trata de atraer, sobre todo, a rusos y chinos, y dar así algo de salida al exceso de viviendas que, tras la demencial burbuja inmobiliaria propiciada por Aznar al declarar edificable la totalidad del suelo español en 1998, los codiciosos promotores y constructores y alcaldes se han tenido que comer con patatas durante los últimos años. Habrá gente rusa y china muy honrada con dinero para estos caprichos, pero a nadie se le oculta que entre los más pudientes de sus países están los mafiosos, y que ya muchos de éstos –rusos, eminentemente– llevan tiempo aquí instalados, operando cómoda y tranquilamente. Ahora se les va a vender la residencia por un desembolso para ellos mínimo. Si esto no constituye un “efecto llamada” al crimen organizado, Rajoy es un solidario y un salado.

Es insólito que un Gobierno aliente descaradamente la delincuencia, las trampas, la coacción, el robo, las cartas marcadas y las ruletas trucadas"

Pero aún más desfachatada es la invitación de la Comunidad de Madrid, de Esperanza Aguirre y de su sustituto-subordinado (al que nadie ha votado para el importante cargo que ocupa), con el asunto de Eurovegas. Ya saben de las concesiones inauditas que se preparan para el turbio Adelson, cuyo complejo, hace unos meses –lo dijo Aguirre–, iba a crear 164.000 empleos directos y 97.000 indirectos. Ahora ya se anuncian sólo 72.000 y 15.000, respectivamente, sin que Aguirre haya explicado el porqué de tan abismal diferencia, y habrá que ver en cuántos se quedan cuando esté todo en marcha. A cambio de esos puestos de trabajo que menguan a gran velocidad, la tasa del juego se ha bajado del 45% al 10%, pero, merced a una serie de ayudas aprobadas por Madrid, será improbable que el tipo impositivo pagado por Eurovegas rebase nunca el 1%, según cuentan los informadores Gallo y Marcos. Además, a esa empresa se le ha perdonado el 95% del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Y el suelo en que se levante su negocio podrá ser expropiado por la Administración en favor de un particular, lo que evitará a Adelson tener que negociar con los propietarios de los terrenos. Las modificaciones urbanísticas deberán contar con licencia municipal, pero si el Ayuntamiento no la concede en un mes, su otorgamiento dependerá del sustituto-subordinado.

Pero la llamada más escandalosa es esta: la Comunidad se ha reservado el derecho a no aplicar los castigos previstos por la ley cuando Eurovegas cometa una falta muy grave, como coaccionar a los apostantes, no pagarles su premio o utilizar ruletas o cartas no reglamentarias. También podrá pasar por alto, a discreción, los antecedentes penales que, según la normativa vigente, impedirían a un empresario regentar un casino o a sus empleados trabajar en él. Veamos la necesaria lógica de estas medidas: si se anuncia que se van a indultar los desmanes, es porque se prevé que vaya a haberlos; si se anuncia que se hará caso omiso de los antecedentes penales, es porque se da por supuesto que muchos de quienes operen en Eurovegas contarán con ellos, es decir, serán delincuentes convictos que, sin embargo, en Madrid gozarán de impunidad y alfombra roja. Supongo, por cierto, que otro tanto habrían obtenido en Cataluña, donde nadie ha recordado, en las recientes elecciones, que Mas y CiU cortejaron a Las Vegas Sands con ahínco y parecidos servilismos. Y algo más en lo que no se ha hecho hincapié: Madrid permitirá a los casinos inventarse cualquier juego de azar y ponerlo en práctica antes de recibir el aval de las autoridades. Esto significa que, al menos en la teoría, se podrá jugar a la ruleta rusa o a cualquier atrocidad o humillación que se les ocurra a los responsables.

Es insólito que un Gobierno aliente descaradamente la delincuencia, las trampas, la coacción, el robo (no otra cosa es negarse a pagar las ganancias), las cartas marcadas y las ruletas trucadas; que perdone de antemano los antecedentes penales y así incite a solicitar empleo en el macrocomplejo a los individuos menos recomendables. No se entiende que Esperanza Aguirre primero, y su sustituto-subordinado después, no fueran destituidos fulminantemente, o denunciados por contravenir las leyes y por connivencia –preventiva– con varias faltas muy graves. ¿Nada tiene que decir Rajoy? ¿Nada los jueces? ¿Nada los madrileños?

elpaissemanal@elpais.es

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