España fulmina su récord de empleo con 783.000 ocupados más en 2023 y baja la tasa de paro al 11,7%
La EPA del cuarto trimestre recoge un fuerte ritmo de creación de puestos de trabajo del 3,8% y una reducción del número de parados de 193.400 personas
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha certificado este viernes la enorme fortaleza del mercado laboral español. La economía española ganó 783.000 nuevos ocupados en 2023, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al último trimestre del año. Esta ganancia marca el nuevo récord de creación de empleo en un solo año y constata el vigor de un mercado laboral que finalmente no ha materializado las señales de debilitamiento que dio en algunos momentos del ejercicio. Solo en 2005 —cuando se hizo una regularización extraordinaria de 700.000 inmigrantes (se ganó un millón de ocupados en el año)— y en 2021 —debido a la recuperación tras la crisis del covid, (840.600)— se superó la cuantía del año pasado, pero lo anómalo de aquellas situaciones, convierte al dato de 2023 en récord de empleo en un año para España.
Al tiempo, el número de parados se redujo el pasado año en 193.400, hasta un total de 2.830.600. Por primera vez en 16 años, un año acaba por debajo de los tres millones de parados. Con ello, la tasa de paro oficial con la que cerró España en 2023 bajó al 11,7% de la población activa. No obstante, en el último trimestre, como suele ser habitual, el mercado perdió 19.000 ocupados, con lo que la cifra total de ocupados se situó en 21.246.900, ligeramente por debajo del récord máximo de ocupación alcanzado en el trimestre anterior (21.265.900). El paro sí bajó en 24.600 personas entre octubre y diciembre, hasta los 2.830.600 desempleados.
Esta tasa de paro no se ha reducido aún más pese a la fuerte creación de empleo por otra buena noticia registrada en el comportamiento del mercado laboral el pasado año: el aumento de la población activa en 600.000 personas. Este indicador, que había superado en el trimestre anterior, por primera vez, los 24,12 millones de personas, es también un reflejo del dinamismo del mercado, porque una de las causas por las que suben los activos es que la buena marcha general de la economía y el empleo activa a trabajadores que no tenían empleo ni lo buscaban. Aunque puede tener otras causas menos positivas, como es que la pérdida de poder adquisitivo, que se ha seguido registrando —aunque en menor medida que en años anteriores— haya llevado a una parte de estos inactivos a querer tener un empleo y a buscarlo, lo hayan encontrado o no.
Una de las primeras cosas que se observan en el comportamiento del mercado laboral el pasado año es el fuerte tirón dado por el empleo ocupado por extranjeros, ya que del total de nuevos ocupados, 449.300 fueron españoles y los 333.700 restantes provenían de fuera de España. Esto significa que casi la mitad del nuevo empleo (el 45,5% fue ocupado por extranjeros). De esta forma, el empleo se ha disparado casi un 11% anual entre los extranjeros, frente al 2,5% que ha avanzado entre los españoles. En general, la inmensa mayoría del nuevo empleo lo generó el sector privado, que se anotó 716.000 trabajadores más en el año, en comparación con los 67.100 creados en el público, que eleva el total de ocupados a los 3,6 millones.
En cuanto al reparto por género, se creó más ocupación entre las mujeres (437.200) que entre los hombres (345.800), lo que dejó al empleo femenino a las puertas de superar por primera vez en la historia los 10 millones de trabajadoras (9,92 millones). Se generó empleo en todas las edades, salvo en las personas en el tramo de 40 a 44 años, en el que el saldo neto arrojó una destrucción de empleo de 43.000 hombres y 27.000 mujeres. El grueso del nuevo empleo lo coparon los mayores de 50 años, con 425.000 nuevos ocupados (más de 272.000 de ellos tenían más de 55 años). Pero también los más jóvenes registraron buenos resultados, ya que se contabilizaron 200.000 nuevos trabajadores de menos de 29 años.
Todo servicios y muy poca industria
Lo que no parece haber dado sorpresas es el reparto por sectores de estos nuevos puestos de trabajo. Los buenos resultados, también récord, del turismo el año pasado ―y todas las actividades relacionadas con él―, así como el resto de los empleos del sector servicios, con especial intensidad los de mayor valor añadido, generaron ocho de cada 10 empleos de nueva creación. La construcción experimentó también un fuerte tirón, con un crecimiento del empleo del 8% en el año (108.200 nuevos trabajadores). También se puede decir que la agricultura, que se ha desenvuelto en un ambiente adverso marcado por una fuerte sequía, ha salvado los muebles, con un crecimiento de la ocupación superior al 2%, que se ha intensificado especialmente en el último trimestre del año, siendo la actividad que ha creado más empleo (casi 70.000 ocupados más entre octubre y diciembre). Mientras tanto, en el análisis de los sectores, una noticia no tan buena es que la industria, el sector más productivo de la economía, tuvo un comportamiento muy tímido en 2023: creció apenas un 1% en el año, muy por debajo de la media general de la ocupación (3,8%), con solo 28.000 nuevos ocupados.
Los numerosos y exhaustivos datos que ofrece la EPA permiten también descender a la calidad del empleo que se ha creado, que en este caso también registra señales muy positivas. Así, por primera vez en la historia del mercado español se superan los 18 millones de asalariados, tras crecer en 664.000 personas en el año. Pero, al tiempo, se han contabilizado también 118.300 trabajadores por cuenta propia más, de los que 21.300 eran empleadores (tenían trabajadores su cargo) y 112.000 fueron autónomos sin asalariados. Estos últimos, tras años renqueando por el fuerte impacto que experimentaron en la pandemia, han crecido un fuerte 5,6% en 2023.
Los beneficiosos efectos en términos de empleo indefinido que la reforma laboral tuvo en 2022, su primer año de aplicación, parecen no haberse agotado aún, en contra de algunas previsiones de expertos a tener de las cifras de los últimos meses. Así, esta encuesta ha contradicho ese análisis al detectar que el saldo neto apunta a que toda la creación de empleo del año pasado fue indefinida, ya que se registraron 804.200 ocupados con contrato indefinido más y una destrucción de empleo de 140.300 puestos entre los que tenían un contrato temporal. Con ello, la tasa de temporalidad vuelve a descender y se sitúa en el 16%, ya a niveles medios europeos (y en el sector privado ya es del 13,24%). Además, otro aspecto que marca la calidad de la ocupación, como es la jornada, también refleja buenos resultados: el empleo a tiempo completo se incrementó en 695.400 personas en los 12 últimos meses, frente a un aumento empleo a tiempo parcial mucho más modesto, de 87.600 trabajadores.
Este buen comportamiento del mercado laboral no llega por sorpresa. De hecho, el recientemente nombrado ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, aseguró en una de sus primeras intervenciones que España “está creciendo básicamente gracias a un mercado laboral muy fuerte y a un sector externo sólido”. Y este viernes, el titular de Economía ha sido el primer miembro del Ejecutivo en volver a valorar estas cifras: “La economía española ha sido capaz de absorber los 600.000 nuevos activos que hubo en 2023 y además sacar a 193.000 personas del paro; y también han bajado de un millón las familias con todos sus miembros desempleados”, ha resumido Cuerpo, durante la presentación en Madrid del presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa —quien también sonó como posible ministro de Economía para sustituir a Nadia Calviño—.
Dicho esto, ha reconocido que “aún queda mucho por hacer” pero ha insistido en que los datos de la EPA “demuestran la fortaleza y resistencia que está teniendo la recuperación de la economía en España y el dinamismo del mercado laboral en un contexto internacional que es particularmente delicado”. De hecho, dicho comportamiento se produce en medio de tres graves conflictos internacionales activos (las guerras en Ucrania, Gaza y los ataques de los hutíes en el mar Rojo); con una economía internacional marcada por unos elevados tipos de interés que en Europa se resisten a bajar aún, pese a la mejora de la inflación, y, en particular, con el motor económico europeo, que es Alemania, gripado.
Estas primeras cifras que se conocen de la EPA —que es la estadística oficial con la que se mide el empleo español en Europa— corroboran el aguante que ha tenido el mercado de trabajo español el pasado año. Ello ya fue adelantado recientemente por otros indicadores, como los datos del registro de la Seguridad Social, que contabilizó medio millón de nuevos trabajadores afiliados al sistema, y de las oficinas públicas de empleo, donde se contabilizaron 130.000 parados registrados menos.
Euskadi registra la menor tasa de paro
La comunidad autónoma con menor tasa de paro es el País Vasco, con un 6,3%. Es un guarismo parecido al promedio europeo, mucho mejor que el 11,8% de media nacional. Además, así se confirma una mejora importante de la tasa de paro vasca respecto al año pasado, con una caída de 2,3 puntos. La única autonomía que registra una bajada mayor es Cantabria, donde el desempleo ha retrocedido 2,9 puntos a lo largo de 2023, hasta dejar el paro en el 7,5%. Completa el podio de las comunidades con menos paro Aragón, con un 7,9%. En el otro lado de la balanza se encuentran, como habitualmente, Andalucía (17,6%), Extremadura (16,3%) y Canarias (16,2%). De estos tres territorios, el archipiélago es el único que empeora respecto a 2022, con un aumento del paro de 1,6 puntos.
Si el foco se pone en los puestos de trabajo creados en 2023, Cataluña se coloca en la mejor posición: la ocupación ha aumentado un 5,6%. Le siguen la Comunidad de Madrid (5%) y las dos autonomías con menores tasas de paro, Euskadi (5%) y Cantabria (4,8%). Asturias se queda muy cerca, con un incremento de trabajadores del 4,6%. Las únicas comunidades en las que retrocede el número de trabajadores son La Rioja (-1,8%) y Castilla y León (-0,4%).
Un nivel de detalle aún mayor, por provincias, indica que la que más ha crecido en número de trabajadores es Soria, que pasa de 40.400 trabajadores a finales de 2022 a 43.700 en 2023, un alza del 8,2%. En Lleida la ocupación ha crecido un 7,9%, en Málaga y en Huelva un 7,6% y en Barcelona un 7,3%. El peor panorama es el de León, donde la cifra de trabajadores retrocede un 5,6%. También pierden empleados respecto a 2022 Ávila (-4,5%), Girona (-2%), La Rioja (-1,8%) y Albacete (-1,7%).
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