Empleo récord

Dos años después de la reforma laboral impulsada por el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, los datos del cierre de 2023 arrojan un nivel récord de empleo, con más de 20,8 millones de afiliados a la Seguridad Social, y una reducción del desempleo hasta su nivel más bajo desde 2007, antes de que estallara la crisis financiera. Aunque el cambio de modelo que se inició con la reforma de 2021 se mantiene, las cifras apuntan a una ralentización en el ritmo de creación de empleo, que previsiblemente se agudizará en 2024 como consecuencia de la desaceleración del crecimiento. El nivel de desempleo es todavía demasiado elevado —a cierre del ejercicio se situó en 2,7 millones de parados— para una economía desarrollada como la española.

No cabe duda de que, en un contexto de fuertes presiones inflacionistas y tensiones geopolíticas derivadas de los conflictos en Gaza y Ucrania, el mercado laboral español resistió bien el año pasado. El número de parados se redujo en 130.000 personas y se crearon 540.000 nuevos empleos. 2023 se convierte, además, en el tercer año consecutivo en el que crece el empleo, después del fuerte impacto que la pandemia tuvo sobre el mercado laboral. De hecho, la economía española cuenta hoy con 1,4 millones de empleados más que en diciembre de 2019 y un 40% de los nuevos empleos lo son con contrato indefinido, muy por encima de los niveles anteriores a la reforma. Son los jóvenes quienes más se han beneficiado de la contratación indefinida en 2023, y el paro entre este colectivo está en su nivel más bajo desde 1996.

Sin embargo, los efectos de esos cambios legislativos empiezan a perder algo de vigor. El paro siguió descendiendo en todo 2023, pero a menor velocidad que un año antes; el año pasado se firmaron 400.000 contratos indefinidos menos que en 2022, y el colectivo de mujeres desempleadas, aunque se ha reducido, sigue siendo el mayoritario entre quienes buscan trabajo. Además, aunque el peso de los contratos indefinidos ha crecido en términos generales y se ha estabilizado a lo largo del ejercicio en torno al 40%, se sigue apreciando el carácter estacional del mercado laboral español, un sesgo propio de una economía donde el sector servicios va ganando peso. La sanidad y la educación concentran cuatro de cada 10 nuevos empleos.

Ahora que el diálogo entre los agentes sociales parece haber vuelto a una senda de cierta normalidad, este es uno de los retos pendientes de la legislatura recién inaugurada: consolidar el cambio de modelo del mercado laboral impulsado por la reforma de 2021 con la adopción de medidas que mitiguen la inestabilidad laboral producida por el carácter estacional del empleo en España. Es de esperar que eso repercuta positivamente en la seguridad y la estabilidad de los trabajadores.