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Los teleoperadores en huelga reclaman unas condiciones laborales más dignas: “¡Las plantillas no somos mercancía!”

Los sindicatos y la patronal no consiguen llegar a un acuerdo para renovar el convenio colectivo del sector de ‘contact center’, que caducó a finales de 2019

Matteo Allievi
Teleoperadores se concentran ante la sede de Telefónica en la Gran Vía de Madrid durante la jornada de huelga del sector.
Teleoperadores se concentran ante la sede de Telefónica en la Gran Vía de Madrid durante la jornada de huelga del sector.KIKE PARA

“Atendemos a sus clientes con sueldos deprimentes. ¡Las plantillas no somos mercancía!”. Entre gritos y silbatos, centenares de teleoperadores se han concentrado este lunes en varias ciudades de España y han secundado una jornada de huelga para protestar contra la precariedad a la que se ve abocado el sector. El convenio colectivo que rige la actividad de estos trabajadores venció en diciembre de 2019. Desde entonces, mientras se siguen aplicando las mismas condiciones del convenio caducado, los sindicatos se encuentran en una mesa de negociación con la patronal Cex para acordar su renovación. Sin embargo, las posturas de las dos partes siguen muy distantes.

Tanto UGT como CC OO acusan a la patronal de plantear propuestas que apenas suponen una mejora de las condiciones laborales para los más de 120.000 telefonistas que operan en España. Por su parte, Cex, contactada por este periódico, se ha negado a realizar declaraciones para no interferir en la negociación. Estas movilizaciones coinciden con un cambio normativo que hará aún más exigente el trabajo de los teleoperadores: el anteproyecto de Ley de Atención a la Clientela, que recoge la obligación de atender al cliente en un tiempo máximo de tres minutos, fue aprobado el pasado 31 de mayo y actualmente se encuentra en proceso de tramitación en las Cortes.

El primer escollo para la renovación del convenio colectivo concierne a los abusos en las contrataciones y al salario, que lleva más de dos años congelado en una media de 800 euros brutos mensuales, según fuentes de CC OO. Este sector apenas cuenta con una contratación a tiempo completo: la jornada laboral suele ser de 30 horas semanales, por lo que sus trabajadores cuentan con un poder adquisitivo muy bajo. Es el caso de Montse Sánchez (46 años), que ya ha solicitado tres veces una ampliación de horario, aunque sin éxito. “Desde mi empresa no me dan explicaciones. Pero a menudo entran nuevos compañeros subcontratados por empresas terceras que trabajan 40 horas semanales. Eso sí, con condiciones mucho peores”, apunta en la concentración de Madrid, donde más de 200 teleoperadores se han citado delante de la sede de Telefónica en Gran Vía.

Considera que su contrato indefinido es un lujo, aunque llegar a fin de mes sigue siendo una pesadilla. Su sueldo base es de 890 euros y más de la mitad se lo comen el alquiler y los gastos del hogar. “Estoy separada y con un hijo a cargo. Afortunadamente, mis padres me ayudan todo lo que pueden, pero me veo obligada a recortar gastos a diario. No puedo comer pescado todas las semanas”, admite. Beatriz Arcos (33 años), en este sector desde hace ocho años, pasa por las mismas dificultades. “Tengo una casa y cinco hijos que mantener. Mi salario no me alcanza”, cuenta, mientras ondea orgullosa la bandera de CC OO.

Laura Domínguez Garrido, coordinadora sectorial de contact center de CC OO Servicios, considera que frente a la actual escalada de precios no es soportable tener el sueldo congelado durante dos años y medio. La última propuesta de la patronal con respecto a la subida salarial prevé un incremento del 0,8% para 2021 (cuando el IPC se elevó un 6,5%), del 2,5% para 2022 y para 2023 un aumento correspondiente al IPC pero con un tope máximo de un 2,5%. “Es una oferta inaceptable para un sector que en las últimas décadas no ha sufrido ninguna crisis. Atendemos a los ciudadanos en muchísimos servicios de primera necesidad. Somos el primer contacto que tienen con las empresas a través del teléfono”, señala.

Otro punto clave que impide el cierre de un acuerdo consiste en la negativa de la patronal a la introducción de la subrogación cuando una empresa pierde una campaña y otra la gana. Según explican desde CC OO, en el convenio colectivo vencido, el artículo 18 disponía un intercambio de trabajadores entre las empresas cuando su contrato era por obra y servicio, es decir, la compañía que ganaba una campaña tenía la obligación de incorporar al personal de la empresa que la había perdido. No obstante, con la desaparición de este tipo de contrato tras la reforma laboral, al finalizarse un servicio, las empresas echan a los trabajadores a la calle con un ERE. “Es necesario establecer una cláusula de subrogación para dar continuidad al empleo. No podemos seguir precarizando al sector”, subraya Garrido.

Gastos del teletrabajo

Los teleoperadores, amparados por las organizaciones sindicales, critican también el incumplimiento de la Ley del Teletrabajo por parte de las empresas del sector. UGT y CC OO aseguran que las firmas de contact center todavía no han abonado los gastos de las tareas llevadas a cabo a distancia, cuando el 90% de las plantillas están teletrabajando desde el comienzo de la pandemia. Diego Cuenca, teleoperador en una empresa mediana desde hace cuatro años, volvió a la oficina el pasado febrero, aunque no se ha olvidado del dinero que ha tenido que desembolsar para ejercer su actividad desde casa. “La conexión a internet, la calefacción en los meses de invierno y la luz suman más de 100 euros mensuales y la empresa todavía no me ha dado ni un duro. Lo único que me han entregado era un portátil, que encima llegó tarde, hace menos de un año, cuando ya llevaba un tiempo trabajando con mi ordenador personal”, reprocha.

Según fuentes sindicales, la segunda huelga del sector —la primera fue convocada el 13 de mayo— ha tenido un seguimiento del 85%, lo que demuestra la perseverancia de los teleoperadores en la lucha para mejorar sus actuales condiciones laborales. De hecho, ante el bloqueo de la patronal, algunas compañías han empezado a aplicar subidas salariales a sus trabajadores, conscientes de las dificultades a las que estos se enfrentan. La próxima reunión con Cex está prevista para el 28 de junio, y aunque los sindicatos no pierden la esperanza de alcanzar un acuerdo, han advertido de que seguirán con las convocatorias hasta el desbloqueo de las negociaciones.

Atender a los clientes en menos de tres minutos

Con respecto a la Ley de Atención al cliente, que obliga a los teleoperadores de empresas medianas y grandes (con al menos 250 trabajadores) a atender a los clientes en un tiempo máximo de tres minutos, los sindicatos advierten dos posibles consecuencias. “Puede que se contrate más personal para cubrir las colas de llamadas o que se aumente la presión sobre los empleados para que reduzcan el tiempo de gestión”, afirma Garrido. UGT y CC OO consideran que esta propuesta legislativa, orientada a proteger al consumidor, debe ir acompañada por alguna medida que garantice la calidad del servicio, incluso con las nuevas exigencias.

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