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El peso argentino marca mínimos desde la crisis de 2001

La moneda se cambia a 43,5 unidades por dólar y pierde 4% en una sola jornada

Federico Rivas Molina
El Banco de la Nación, en Buenos Aires.
El Banco de la Nación, en Buenos Aires. Getty

Los mercados no dan respiro a Argentina. El peso ha perdido este jueves 4% de su valor frente al dólar en una sola jornada y acumula ya una caída de 7 puntos porcentuales desde el viernes pasado. Un billete verde se cambia hoy por 43,5 pesos, la cifra más alta desde la crisis de 2001, que marcó el fin de la convertibilidad uno a uno entre ambas divisas. El declive se produjo en un contexto general de depreciaciones de los monedas emergentes y de fortalecimiento del dólar, pero ha puesto en evidencia la mayor vulnerabilidad de Argentina dentro de ese ramillete de economías. Frente a la abrupta depreciación del peso, el real brasileño cayó desde la semana pasada un 2,4% y la lira turca, una de las que más sufren en momentos de volatilidad, un 1,6%.

El banco central argentino no puede intervenir en el mercado de cambios al contado porque el dólar se encuentra dentro de la banda de flotación de entre 38,79 pesos y 50,19 pesos, que el propio instituto emisor estableció. No carece, sin embargo, de herramientas si entiende que la depreciación ha ido demasiado lejos para las expectativas oficiales. Puede, por ejemplo, operar en el mercado de divisas a futuro o secar la plaza de pesos para que no vayan al refugio del dólar. Este jueves, la autoridad monetaria aumentó la absorción de moneda nacional con la emisión de letras públicas (Leliqs) que pagaron un interés de casi el 52%. La intención inicial fue renovar bonos por 160.000 millones de pesos y sumar otros 30.000, pero finalmente elevó la cifra total hasta los 205.000 millones.

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El Gobierno argentino tomó nota de la tormenta. En un intento por llevar tranquilidad, el ministro de Producción, Dante Sica, ofició de vocero de la Casa Rosada al término de una reunión de gabinete encabezada por el presidente Mauricio Macri. “Tuvimos dos días feriados, [lunes y martes de carnaval], algunos movimientos externos, no encontramos todavía causas de preocupación con respecto al tipo de cambio. Tenemos una política cambiaria definida, con los márgenes de intervención del Banco Central. Desde ese punto de vista no estamos viendo inconvenientes”, dijo.

Los factores que explican la excepción argentina son múltiples, pero ninguno lo hace por sí solo. En lo coyuntural, la decisión de la calificadora MSCI de aumentar cuatro veces el peso de las acciones de China en sus índices de emergentes produjo una ola de inversiones hacia ese país. El dinero salió de mercados más vulnerables, y ninguno tanto como Argentina. Hay también causas estructurales vernáculas, como el endeudamiento externo argentino en dólares, que ya roza equivalente al 100% del PIB. Y otras que son políticas. En octubre próximo, Macri irá por la reelección y la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner —a la que hoy la Corte argentina ha ratificado la orden de precisión preventiva que recaía sobre ella, aunque mantiene sus fueros— presente batalla en las urnas causa pánico entre los inversores.

La demora en la reactivación económica que promete el Gobierno alimenta el pesimismo. El banco central presentó el miércoles los resultados del índice de expectativas del mercado, el REM, de mes de febrero y todos los indicadores profundizaron en el terreno negativo en el que ya estaban en enero. Según el sondeo, la subida de los precios prevista para este año pasó del 29% a casi el 32%. La caída del PIB, en tanto, subió desde 1,2% hasta 1,3%. Las expectativas, con todo, son mejores que las del FMI, que espera una caída de la economía del 1,7%, pero son mejores de las del Gobierno, que armó su presupuesto de 2019 sobre la base de un decrecimiento del PIB del 0,5% para este ejercicio. El REM de febrero refleja la opinión de 34 consultoras y centros de investigación locales, 14 entidades financieras de Argentina y siete analistas extranjeros. Todos ellos fueron consultados por el instituto emisor entre el 26 y el 28 de febrero pasado.

Las previsiones de hace sólo un año dan una idea de lo complicado que es anticipar resultados y elaborar estrategias económicas. En febrero del año pasado, los encuestados por el REM esperaban que la inflación rozase el 20% este año y el 17,6% para el periodo febrero-febrero. 2018 cerró finalmente con una subida del IPC del 47,6% y es de esperar que el porcentaje intermensual supere los 50 puntos.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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