“Latinoamérica debe ser el motor que acompañe a China”

Con una estrategia de ahorro e incremento de la productividad que ayude a ascender a millones de pobres a la clase media, América Latina tiene por delante dos décadas muy brillantes, afirma Juan Carlos Echeverry (Bogotá, 1962), ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia. Con cuatro premios internacionales en 2011 y 2012 por su labor al frente de esa cartera, Echeverry opina que la región está volviéndose más “asiática”, lo que la deja mejor parada ante lo que pueda suceder en la economía mundial.

Pregunta. ¿Cómo se está desenvolviendo la economía en medio de las turbulencias?

Respuesta. La economía va bastante bien, creció un 4,7% en el primer trimestre de 2012 y el año pasado creció un 5,9%. Es de las economías que más crece en América Latina. La economía tiene una fortaleza grande en energía —petróleo y carbón—, aún somos fuertes en café y flores, y una tercera parte de nuestras exportaciones son productos manufacturados, desde textiles hasta petroquímica. Son 20.000 millones en exportaciones colombianas de las cuales 5.000 millones corresponden a servicios. Somos la economía latinoamericana menos dependiente de Europa e incluso la menos dependiente de China. Dependemos más de Estados Unidos, pero hemos estado firmando muchos tratados de libre comercio (TLC), tratando de diversificar nuestras exportaciones. La otra área de vulnerabilidad que no tenemos es que fiscalmente hemos estado disminuyendo nuestra deuda pública, que era un 40% del PIB y hoy es un 25% del PIB, que si se compara con España o Estados Unidos —que tienen entre el 80% y el 100% del PIB— nos da mucha credibilidad porque no tenemos necesidades financieras de endeudamiento grande. También hemos reducido nuestro déficit del 3,6% al 1,2% del PIB y la idea es tener superávit fiscal en 2016. En dos palabras, nuestra estrategia se resume en ahorro y diversificación.

P. ¿Qué medidas están tomando para frenar un mayor impacto si se profundiza la crisis?

R. Si las cosas empeoran, tenemos la capacidad de una agresiva política monetaria compensatoria acompañada de política fiscal. Hemos estado subiendo la tasa de interés desde el 3% hasta el 5,25% y, eventualmente, la podríamos disminuir si la crisis en Europa fuera peor de lo que se prevé. En el mediano plazo tenemos ahorros y diversificación, y en el corto plazo podemos tener política fiscal contracíclica, si fuera el caso. No dependemos sustancialmente de Europa, ni financieramente ni en comercio internacional real de bienes de servicios, sino que nos hemos diversificado con Estados Unidos, China y muy importante, el comercio Sur-Sur. Nuestro intercambio con Venezuela, Ecuador, Perú, Chile ha crecido mucho y eso también nos da solidez.

P. ¿Un sobrecalentamiento de las economías latinoamericanas, especialmente Brasil, cómo podría afectar a Colombia?

R. Brasil tiene un peso específico muy grande y tiene un efecto de mucho cuidado porque afecta a toda la región. Ahora bien, cuando Brasil empezó a desacelerarse hace varios trimestres Colombia seguía creciendo, un 7,7% y un 6,9% los dos últimos trimestres del año pasado. Nuestras fuentes de crecimiento han sido el consumo de los hogares colombianos, la inversión interna y la extranjera. Estábamos creciendo tan rápido que el Banco de la República subió las tasas de interés un poco para enfriar la cabeza de las familias por temor de que el consumo estuviera muy acelerado. El crédito al consumo estaba creciendo a un 25%, lo que nos parecía exagerado, por lo que comenzamos a inducir un enfriamiento en las familias de manera que si tomaban deuda fuera de forma responsable. Somos la economía que ha mantenido un ciclo más moderado de calentamiento y de enfriamiento. Queremos crecer alrededor de un 6% al año durante la próxima década, crecimiento basado en las locomotoras: la mineroenergética, que está teniendo un boom impresionante; la agrícola; educación e innovación; infraestructura —con inversiones de cerca de 70.000 millones de euros— en la próxima década, y vivienda, ya que Colombia tiene un déficit grande como cualquier país emergente.

P. ¿Qué papel juega Colombia dentro del mercado asiático?

R. Con China queremos competir en ciertas industrias que están buscando otras plataformas de exportación y Colombia quiere situarse allí. China para nosotros tiene un doble factor, por un lado es un mercado y por el otro un competidor. Tenemos que hacer una evolución a aceptar que ese país a finales de esta década ya no va a estar creciendo al 10% sino al 5-6%. De manera que el mundo como un todo tiene que adaptarse hacia una China que ha sido y seguirá siendo un motor impresionante, pero también América Latina tiene que volverse en el motor acompañante de China.

P. ¿Cómo ve el futuro de Latinoamérica y cuál será el papel de Colombia en la región?

R. Si manejamos bien los recursos naturales, ahorramos e invertimos bien para sacar a nuestras familias de la pobreza, puede ser una fuente de crecimiento muy importante. En América Latina va a pasar en los próximos 20 años lo que pasó en Europa y Asia en las pasadas dos décadas, un crecimiento muy grande. Pero para eso tenemos que manejar los recursos naturales y ahí Chile, Perú y nosotros hemos tenido esquemas de ahorro que han hecho que los dos primeros hayan alcanzado el equilibrio fiscal. Nosotros llegaremos al equilibrio en 2013, Brasil también tiene una situación fiscal sólida. Con ese equilibrio un país puede tratar de independizarse, en la medida de lo posible, de las crisis que vienen de afuera, que generan volatilidad en los precios de los productos que se exportan y que se traduce en ciclos muy marcados de endeudamiento y burbuja. Con estos ahorros hemos evitado esto, y, al contrario, cada vez somos más países los que prestamos en vez de endeudarnos. América Latina está volviéndose más asiática, basada en el ahorro, en el desarrollo de una clase media y el aumento de la productividad de sus empresas. Tal vez con ese modelo más asiático, la región está mucho mejor preparada para lo que pueda suceder en Europa y en la economía mundial.