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Crisis alimentaria

Una bacteria nueva causó el brote de Alemania

Una cepa de 'Escherichia coli' ha adquirido genes que la hacen más peligrosa - Se ignora el origen de la infección

A falta de saber de dónde viene la bacteria, bien está haber identificado exactamente cuál es la causante del brote de Escherichia coli que ya ha causado 17 muertes en el norte de Alemania y una en Suecia. El bacteriólogo Holger Rohde, de la Clínica Universitaria de Hamburgo (UKE), anunció ayer que han descifrado la secuencia genética del microorganismo. Los biólogos alemanes colaboraron con científicos del Instituto Genómico de Pekín, en China, y el trabajo les ha llevado a constatar que el culpable de la ola infecciosa que afecta a unas 2.000 personas es una variante hasta ahora desconocida de la bacteria E. coli.

Sus particularidades la hacen más dañina que las cepas ya conocidas de E. coli enterohemorrágico (EHEC). Entre otras destrezas, es capaz de resistir mejor a los antibióticos, así como de adherirse al intestino para permanecer en el cuerpo más tiempo. También produce más toxinas. El raro germen se compone del material genético combinado de dos bacterias de lejano parentesco. Rohde habló de una de ellas como "nave nodriza". Es la E. coli O104, identificada en 2005 en Corea, que aporta el 80% de los genes. El resto proviene de otra, que al parecer se encarga de producir toxinas muy perjudiciales. Este tipo de intercambios o adquisiciones no son nada nuevo entre bacterias, que se mezclan sus genes con promiscuidad. Las consecuencias para la salud pública, sí.

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Por la mañana, la responsable del Programa de Alimentos para Europa de la Organización Mundial de la Salud, Hilde Kruse, ya había adelantado que se había encontrado la causa, pero su explicación, en la que hablaba de bacterias mutantes, creó confusión hasta que la clínica alemana lo aclaró.

Rohde y el director de la clínica, Jörg Debatin, se apresuraron a indicar que, si bien el descubrimiento permite "saber mucho más" sobre la bacteria dañina, no va a acarrear soluciones inmediatas para los pacientes, que cada vez son más. Precisamente en la Unidad de Cuidados Intensivos de la UKE murió en la madrugada de ayer una anciana de 81 años a causa del síndrome urémico hemolítico (HUS, por su acrónimo inglés), provocado por la infección bacteriológica. Los médicos de Hamburgo creen que varios miles de personas incuban en estos momentos la bacteria sin saberlo. Así que la avalancha de ingresos hospitalarios seguirá aumentando con toda probabilidad. También el de muertes. Debatin reconocía hace unos días su "sensación de impotencia" ante el agresivo germen. "Estamos como en la Edad Media con la peste", dijo el microbiólogo de la clínica universitaria de Kiel, Stefan Schreiber.

En el Instituto de Higiene de Hamburgo, que la semana pasada dio la alarma contra los pepinos españoles, siguen concentrados en descubrir la fuente de la infección. Descartado el pepino de una vez por todas, los científicos no tienen ninguna pista. Cuando ya han pasado cuatro semanas desde que se diagnosticaron los primeros casos, ni siquiera se puede estar seguro de que el brote estallara a partir de una verdura. La crisis está muy lejos de solucionarse.

Los recuentos oficiales hablan de alrededor de 2.000 enfermos en Alemania, de los que 470 han desarrollado fallo renal. Además, hay casos en España (uno), Reino Unido (cinco), Dinamarca (siete), Suecia (15), e incluso dos sospechosos en Estados Unidos, aunque hasta ahora, según el recuento del Centro Europeo del Control de Enfermedades (ECDC), se trata siempre de personas que han estado recientemente en el norte de Alemania salvo un par de casos de individuos que han estado en contacto con alguien recién llegado de Alemania.

Frente a la intranquilidad en Alemania, lo que sí que ha llegado es cierta tranquilidad a la Administración española. El director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Roberto Sabrido, explicó que los análisis españoles han sido tan tajantes sobre la limpieza de las verduras que ese resultado no cambia aunque ahora entre en juego una bacteria nueva. "No es que no hubiera un tipo determinado de E. coli; es que no hizo falta ni serotiparlo [ver la variante], porque no había bacteria de ninguna clase", afirmó.

En total, el laboratorio de referencia de la E. coli de Lugo analizó 70 pepinos, según explicó su director, Jorge Blanco Álvarez. "Tampoco se ha detectado la presencia de bacteria en agua y suelos analizados", dijo, informa Pepe Seijo.

Ayer, en el Consejo Interterritorial de Salud (la reunión de coordinación entre ministerio y comunidades) la ministra Leire Pajín explicó a los consejeros la situación. O, al menos, lo hizo a los que acudieron, ya que los responsables de las comunidades gobernadas por el PP no asistieron. Pajín insistió en la calidad y limpieza de los productos españoles y, sin concretar cómo, en la petición de compensaciones a Alemania por el daño causado.

Esta promesa se concretó por la tarde, después de una conversación telefónica entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la canciller alemana, Angela Merkel. Zapatero insistió en las consecuencias negativas y en el grave perjuicio económico que esta crisis ha causado a los exportadores hortofrutícolas españoles. Merkel prometió que Alemania considerará "fórmulas en el marco europeo" para indemnizar a los agricultores afectados, informó La Moncloa.

Por su parte, la Comisión Europea se movilizó en el momento de tener ayer noticia de que Rusia vetaba todas las importaciones de hortalizas de la UE y envió una protesta formal a Moscú haciendo notar que el brote de E. coli en Hamburgo no tiene nada que ver con los pepinos procedentes de España. Bruselas demandó a Moscú el levantamiento inmediato del veto comercial.

La rapidez de la intervención de Bruselas contrastó con su parsimonia en el tratamiento de las sospechas lanzadas desde Hamburgo sobre España. La Comisión no consideró entonces necesario una notificación expresa para subrayar ante los europeos que las verduras españolas (fuera de los pepinos presuntamente contaminados) eran ajenas al brote alemán, informa Ricardo Martínez de Rituerto.

La caída de las ventas ha obligado a los agricultores a destinar las cosechas a las cabras.
La caída de las ventas ha obligado a los agricultores a destinar las cosechas a las cabras.JULIÁN ROJAS

Cronología de la crisis

- Domingo 22. Alemania comunica al sistema de alerta temprana de la UE un aumento significativo de pacientes con diarrea causada por E. coli.

- Jueves 26. La senadora de Hamburgo Cornelia Prüfer-Storcks habla con la prensa y señala a los pepinos andaluces como fuente de la infección. El Ministerio de Sanidad se entera por los medios de las acusaciones alemanas y comienza a contactar con los responsables europeos y españoles y a la consejería andaluza de Salud. Por la tarde, la Comisión Europea avisa a España de que lanzará una alerta en la que señala a dos empresas de Málaga y Almería. Mientras, los inspectores de la Consejería de Salud de Andalucía acuden a las empresas sospechosas, inmovilizan los pepinos y comienzan a tomar muestras. Una hora más tarde, la Comisión Europa cuelga la alerta en su página web.

- Viernes 27. Tras el Consejo de Ministros, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba; la ministra de Sanidad, Leire Pajín; y la de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, informan de la crisis sanitaria. Aseguran que no hay "ninguna prueba fehaciente" de que los pepinos españoles sean la causa. Mientras, la Consejería de Salud andaluza completa la información sobre la trazabilidad (el trayecto del pepino desde el origen hasta el destino) de los lotes bajo sospecha. Todos proceden de invernaderos de Almería, así que sus técnicos vuelven a la empresa a tomar muestras que envían al laboratorio agroalimentario que la Junta tiene en Atarfe (Granada). Por la tarde, la Comisión Europea emite un comunicado en el que reconoce que se precipitó al señalar a España.

- Sábado 28. Alemania repite los análisis. España hace los suyos.

- Domingo 29. El secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, afirma que las acusaciones "sin pruebas" de Alemania están perjudicando a la agricultura española.

- Lunes 30. La Comisión Europea comienza a reconocer que no hay evidencias de que el foco de la E. coli sea España, y recomienda a los países que no cierren fronteras a los productos españoles.

- Martes 31. La senadora Prüfer-Storcks confirma que el patógeno detectado en los pepinos no coincide con el causante de la epidemia.

La Comisión confirma también que no se ha detectado la variante letal de la bacteria en las verduras españolas, pero no retira la alerta. Ese mismo día, los ministros europeos de Agricultura se reúnen informalmente en Hungría. La española Rosa Aguilar exige una reparación a las pérdidas de los agricultores españoles.

- Miércoles 1. La ministra de Agricultura alemana, Ilse Aigner, defiende la gestión que ha hecho su país de la epidemia. Se conocen los resultados de los análisis españoles a las muestras. También dan negativo. España exige la retirada de la alerta. A última hora de la tarde, la Comisión Europea decide levantar la alerta que señala a los productos españoles.

- Jueves 2. Científicos alemanes identifican la bacteria. Es una mezcla de una ya conocida, la O104, con genes de otra que le dan más agresividad. Sigue sin conocerse el origen.

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