El tira y afloja entre el Gobierno y la Generalitat por el abultado déficit de Cataluña alcanzó ayer el grado de ebullición con sendos movimientos de fondo que amenazan con cortar los escasos puentes de diálogo entre ambos Ejecutivos.
No hay presos ni carceleros, ni los habrá hasta el año próximo, pero los focos de la nueva prisión de Figueres ya están encendidos. Por la noche, el edificio carcelario, situado en un cerro, gana de largo la batalla visual al vecino castillo de Sant Ferran, situado al otro lado de la autopista AP-7.
Los plásticos cubren colchones, camas, sillas, mesas y sofás; la cocina, ascensores y despachos están listos. Lo mismo que la lavandería y las zonas comunes del centro de discapacitados Esclat Marina, en la Zona Franca. Es una residencia con capacidad para 54 personas.
Se mire a donde se mire, en el centro de Barcelona se verán turistas. No es raro, teniendo en cuenta que en 2010 se batió el récord de visitantes que pasaron, al menos, una noche en un hotel de la capital catalana: 7,1 millones. Se superó incluso la marca de 2007, de 6,4 millones -anterior a la crisis-, que parecía que tardaría lustros en rozarse de nuevo.
J. M. MARTÍ FONT | Barcelona
Antológica del artista uruguayo en la Fundación Suñol
"Los positivados que realiza un autor son objeto de comercio: se venden en galerías y subastas. Los archivos, no... El sistema no está hecho para absorber archivos a través de transacciones comerciales. Los museos apenas hemos podido llevar a cabo un plan de adquisiciones de obras de arte con los escasos recursos públicos que se han dedicado".