Banderas de tres colores, corchos empapelados con notitas que acaban en los flecos de un teléfono en el que aguarda una oferta de trabajo o un piso en venta o habitaciones en alquiler; cuadros de horizontes con palmeras y mar de fondo y pizarras que hablan de comidas lejanas mientras los pollos giran clavados en un hierro candente.
El 20-N fue ayer, como cada año, escenario de manifestaciones de signo político contrario. Hubo actos falangistas y antifascistas por todo Madrid, que discurrieron sin incidentes y con fuerte vigilancia policial. La mayor tensión se produjo en el Valle de los Caídos, por la mañana, cuando grupos neonazis y miembros de la Federación de Foros de la Memoria se insultaron mutuamente.
Un grupo de operarios trabaja a destajo en el interior de uno de los depósitos de agua del Canal de Isabel II bajo la plaza de Castilla. Lo hacen con cuidado artesano entre una sucesión de arcos de ladrillos rojos sostenidos por 144 columnas. Mientras algunos terminan de enmoquetar el antiguo aljibe y de colocar paneles y vitrinas, otro grupo de técnicos se arremolina en torno a unas maletas, que acaban de recibir.
JALED ABDELRAHIM | Madrid
México se instala en la plaza de España para festejar el centenario de la revolución