Los salvajes jardines de los impresionistas
El impresionismo es uno de los movimientos más importantes de la historia del arte y, sin duda, el favorito del público asiduo a los museos. Su colorido salvaje y sus temas generalmente amables son un combinado infalible para captar visitantes. Después del desembarco la temporada pasada de los fondos del parisiense Museo d'Orsay en la Fundación Mapfre, el gran templo de los artistas vinculados a este movimiento de finales del XIX, y de la exposición Renoir en el Prado, se puede ver en la Fundación Thyssen y Caja Madrid Jardines impresionistas con 130 obras firmadas por los pintores fundamentales de este movimiento: Manet, Monet, Pissarro, Renoir, Corot, Delacroix, Cezanne, Van Gogh, Gauguin, Klimt, Munch, Norde o Sangent, entre otros.
El recorrido comienza por los floreros, concebidos como paisaje de interior, y avanza por los jardines convencionales, los bosques y los huertos en un estallido de color en el que la naturaleza tiene el protagonismo absoluto. Concluye con las distorsionadas concepciones del paisaje que acabaron dando lugar a la abstracción.
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