Quien pensara que las tensiones financieras iban a acabar después de que el pasado fin de semana la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se pusieran de acuerdo estaba equivocado. El pacto de apoyo a Grecia o a cualquier socio que lo necesite propició un lunes de gloria en el que los mercados se sumergieron en la euforia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió ayer a los Gobiernos de las economías industrializadas que no se queden a medias al hacer frente a la crisis fiscal. Un ajuste que en el caso de España se hace aún más necesario porque, según los pronósticos del Fondo, su déficit público iba camino de ser el mayor del mundo.
El IPC de abril deja otro de esos datos que, por insólitos, revelan la profundidad de la crisis. Por primera vez desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE), hace más de 24 años, empezara a depurar los elementos volátiles (energía y elementos frescos) para quedarse con los componentes más estables de la cesta de la compra.
El precio del combustible juega aún a favor de Iberia. La compañía informó ayer de que ha reducido a la mitad las pérdidas operativas en el primer trimestre del año respecto al mismo periodo del año pasado, pese a que los ingresos siguieron cayendo.
La sostenibilidad del Estado de bienestar
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LUIS BARBERO/ LOURDES LUCIO | Sevilla