El FMI preveía para España el mayor déficit del mundo
Los cálculos son previos al plan de ajuste de Zapatero - El Fondo esperaba un desfase del 7,7% del PIB en 2015
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió ayer a los Gobiernos de las economías industrializadas que no se queden a medias al hacer frente a la crisis fiscal. Un ajuste que en el caso de España se hace aún más necesario porque, según los pronósticos del Fondo, su déficit público iba camino de ser el mayor del mundo. El tiempo pasado se justifica porque la previsión se realizó antes de que el Gobierno anunciara las medidas de recorte del gasto de esta semana, entre ellas la rebaja del 5% del sueldo de los funcionarios y la congelación de las pensiones.
A falta de incorporar el resultado de esas medidas, lo que está claro es que el FMI no se creía el plan de estabilidad español, que pretende reducir el déficit público al 3% del producto interior bruto en 2013. En el escenario que contemplaba el organismo, España aún tendría un déficit del 8% del PIB en 2014 y del 7,7% en 2015, el más alto entre las 56 economías emergentes y avanzadas sobre las que el Fondo facilitó ayer previsiones, por encima de países como Irlanda, Portugal o Grecia.
El Fondo calculaba que la deuda española llegaría al 94,4% del PIB
El Banco de España reclama reformas tras alabar las medidas de ajuste
La deuda alcanzaría ese año el 94,4% del PIB, a la altura de Francia y por encima de Alemania, países que tienen ahora un endeudamiento muy superior, aunque por debajo de países como Japón, Grecia, Italia o Estados Unidos, que superarán el 100% del PIB. La deuda española se duplicaría con creces frente al 39,7% de 2008. Así que sólo hay que fijarse en las tablas que acompañan el último informe del Departamento de Asuntos Fiscales, para entender la desconfianza que ha provocado el caso español a escala internacional. Para el ejercicio en curso, y a falta de conocer cuál será el efecto del último plan de ajuste fiscal, la proyección del FMI es que el déficit bajase un punto respecto al máximo de 2009 y se situase en el 10,4%. Carlo Cottarelli, director del departamento, cree que las medidas anunciadas en España van "en la buena dirección". Pero en un contexto más general, añadió que, con la incertidumbre actual, "el coste de dar pasos en falso, o la percepción de una falta de preparación, será alto". Por eso, pide que la estrategia sea clara, para que el proceso de reducción de déficit se haga sin riesgo de provocar el estancamiento de la economía.
"Habrá un coste, claro", admitió, "pero cuanto más creíble sea el plan, menor será su efecto". La degradación de la deuda soberana es un reto creciente en los países avanzados, hasta el punto de que puede hacerse insostenible. Y cada año que el nivel de endeudamiento esté por encima del previo a la crisis, sus economías perderán medio punto del PIB en su potencial de crecimiento, según el FMI.
"Es un efecto considerable cuando se acumula", valora. Su proyección es que el balón de la deuda de los países avanzados suba del 73% del PIB de 2007 al 110% del PIB en 2015, es decir, 37 puntos durante la crisis. El objetivo pasa por reducirla al 60% del PIB para 2030. Para lograrlo, el déficit medio deberá bajar un 4,75% en los próximos 10 años y lograr un superávit del 3,8% para 2020. Cottarelli admite que un ajuste de tal magnitud no es fácil, sobre todo en los países que se enfrentarán a un aumento del coste sanitario y de pensiones. Pero "no es imposible". Su recomendación pasa por medidas como retrasar la jubilación, tocar los salarios de los funcionarios, congelar gastos no prioritarios, subir el IVA y luchar contra el fraude.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, cree que "hay mucho que pueden hacer los países para reforzar la confianza en la sostenibilidad fiscal a medio plazo, sin debilitar las perspectivas de crecimiento". En el comentario con el que arranca el informe, admite el hecho de que en algunos casos deberán adoptarse acciones "sin precedentes".
Por otra parte, el director general de estudios económicos del Banco de España (BE), José Luis Malo de Molina, calificó ayer las medidas del plan del Gobierno, según Efe, de "buenas y positivas", pero añadió que el Ejecutivo tendrá que abordar reformas estructurales "pendientes".
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