El miedo vuelve a los mercados
Tras la euforia por el rescate griego, las perspectivas de bajo crecimiento hunden el euro y las Bolsas - El Ibex sobrerreacciona una vez más y cae un 6,6%
Quien pensara que las tensiones financieras iban a acabar después de que el pasado fin de semana la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se pusieran de acuerdo estaba equivocado. El pacto de apoyo a Grecia o a cualquier socio que lo necesite, que se fraguó en la madrugada del domingo, propició un lunes de gloria en el que los mercados se sumergieron en la euforia. Sin embargo, los ánimos se han dado de vuelta al final de la semana: desplome del euro, de las Bolsas y un ligero repunte de la prima de riesgo de Grecia y Portugal, es decir, de los últimos de la clase.
El Ibex, como ya es habitual, vivió el lunes reaccionando como el que más: con la mayor subida de su historia, un 14%. Ayer, volvió a ser el más intenso en sus movimientos, pero esta vez hacia abajo. La caída del 6,64% es la mayor desde octubre de 2008, en las semanas posteriores a la hecatombe de la quiebra de Lehman Brothers, y hace que las ganancias de toda la semana se queden en un discreto 3%.
Los otros parqués europeos y del resto del mundo también cayeron, pero ninguno con la fuerza del español. Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, comenta que ahora se confirma algo que ya se sospechaba el lunes pasado, cuando el Ibex creció como la espuma. "La subida se debió en gran medida al cierre de posiciones cortas abiertas la semana anterior. Eso era todo, porque el sentimiento negativo que experimenta la renta variable desde hace más de un mes no ha desaparecido", explica.
La segunda pata sobre la que se asienta el viernes negro es el euro. La moneda única lleva ya meses de caída libre. Pero esta tendencia se acentuó ayer hasta descender por debajo de 1,24 dólares, su nivel más bajo en cuatro años.
¿A qué se debe esta depresión generalizada en los mercados? "Los inversores están vendiendo euros no tanto por temor a la insolvencia de algún país del euro, sino por la previsión de que la actividad económica va a tardar más de lo previsto en repuntar. Los planes de ajuste han logrado dar seguridad a las finanzas públicas, pero hacen que planee un escenario contractivo. La frontera entre la austeridad y la anorexia es muy tenue", resume Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros.
Las dudas sobre las posibilidades de crecimiento se extienden a toda la eurozona, especialmente a los países periféricos. Y sin crecimiento, no hay posibilidad de generar riqueza con la que devolver la deuda. "Algunos analistas extranjeros señalan el parentesco de nuestra situación con la de Japón en los años noventa [cuando vivió la década perdida]. Es un escenario de estancamiento económico y endeudamiento privado", añade Ontiveros.
El rendimiento del bono español a 10 años, sin embargo, se mantuvo prácticamente estable en el 3,94%, aunque la prima de riesgo creció algo al reducirse el tipo del bono alemán, que sirvió de refugio, al 2,85%. Esto abunda en la explicación de que los temores por impago se esfuman al mismo tiempo que se hacen más presente el miedo a una fase de escaso crecimiento más larga. En el mejor comportamiento de los bonos también pueden estar influyendo las compras por parte del Banco Central Europeo.
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