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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Cuentas defensivas

El presupuesto sólo garantiza el gasto social en 2010; los planes de reactivación quedan en el aire

La vicepresidenta Elena Salgado defendió ayer el proyecto de Presupuestos para 2010 recordando las tres prioridades básicas del Gobierno: garantizar la protección social a los perjudicados por la recesión, lograr un crecimiento sostenible y dar un primer paso en la consolidación fiscal con medidas de recorte del gasto y de aumento de los impuestos (IVA y rentas del capital). Pero si se analizan con realismo, los Presupuestos sólo consiguen satisfacer la primera prioridad. El gasto social -el 51,6% del gasto total previsto para el año próximo- garantiza sobradamente la cobertura de las prestaciones exigidas por la recesión.

Pero los Presupuestos para 2010 no apuntalan la recuperación económica. Por el contrario, el recorte en las partidas destinadas a la inversión en infraestructuras, obligado por la exigencia de cuadrar unas cuentas con un déficit presentable -a pesar de lo cual se prevé que llegue al 5,3% del PIB- permite vaticinar que el capital público no será un incentivo al crecimiento durante el año próximo. Es probable incluso que este presupuesto cause daños en la inversión en I+D+i difíciles de reparar en los próximos cinco años. Para colmo, la vicepresidenta introdujo más confusión sobre el momento idóneo para retirar los planes de estímulo. Sobre la pretensión de consolidar las cuentas públicas a partir de la subida fiscal que se propone -unos 11.000 millones-, lo más piadoso que se puede decir, si se tiene en cuenta que el déficit llegará este año a los 100.000 millones, es que apenas conmoverá a los mercados que deben financiar la deuda pública. Puesto que el Gobierno ha sido incapaz hasta ahora de reformar la estructura del gasto para atender al mismo tiempo los costes sociales y financiar los planes de recuperación, el esfuerzo impositivo que pide la vicepresidenta tendrá que seguir aumentando en 2010 y 2011.

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Una vez más, el Gobierno se benefició ayer de la incapacidad del principal partido de la oposición para articular un plan económico creíble. Así como el Gobierno confunde las medidas necesarias para proteger a los desempleados con las que hay que tomar para reactivar la economía, Mariano Rajoy confunde todos los días la tarea de oposición con una monótona retahíla de catástrofes y supone erróneamente que proclamar principios en los que todos los partidos están de acuerdo -austeridad en el gasto, rigor fiscal- es lo mismo que enunciar una política económica.

El presupuesto pasará el primer trámite parlamentario con los votos de PNV y Coalición Canaria. Es una decisión política opuesta al sentido social de la política económica, pero no disparatada. Cuando se necesita un apoyo momentáneo, es mejor que el número de aliados sea pequeño, porque sus exigencias serán menos contradictorias y dispersas. Aunque Salgado insiste en la cantinela de que lo peor de la crisis ha pasado, lo cierto es que todavía hay que superar algunos momentos difíciles; por ejemplo, cuando vuelvan a subir los tipos. Entonces la ayuda de partidos con experiencia de gobierno puede ser impagable.

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