Catástrofes en Asia
Indonesia temía anoche que miles de personas hayan quedado sepultadas bajo los escombros en la ciudad costera de Padang, en la isla de Sumatra, como consecuencia de un terremoto de intensidad 7,6 en la escala de Richter, registrado a las 17.16 de la tarde (cinco horas menos en la España peninsular).
Más de cien personas han perdido la vida y decenas están heridas tras el terremoto seguido por varios tsunamis que el pasado martes golpeó las islas del Pacífico Sur de Samoa Occidental y Samoa Americana. Cientos de poblados están arrasados y ayer proseguía la búsqueda de cuerpos desaparecidos y enterrados bajo la arena.
Rusia y, en menor medida, Georgia se mostraron aparentemente satisfechas de los resultados del informe divulgado ayer en Bruselas sobre el conflicto bélico de agosto de 2008, conocido como la guerra de los cinco días. El documento, de casi mil páginas (www.ceiig.ch), ha sido redactado bajo la dirección de la embajadora suiza Heidi Tagliavini por encargo de la UE.
En los ochenta apoyó apasionadamente a Margaret Thatcher. En 1992 presumió de haber evitado en el último suspiro el triunfo del laborista Neil Kinnock. Desde entonces apoyó al Nuevo Laborismo de Tony Blair, que ganó tres elecciones consecutivas.
En la vieja sala del Palacio de Justicia de París donde en su día se condenó a María Antonieta, Dominique de Villepin, ex primer ministro, testificó ayer en otro juicio histórico que polariza la vida política francesa: el caso Clearstream.
Pese al obligado silencio de los institutos de demoscopia, a los que la ley impide publicar sondeos de intención de voto en los 15 días previos a la votación, nadie en Grecia duda de la victoria de Yorgos Papandreu, líder del Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), en las elecciones generales del próximo domingo.
El Alto Representante europeo Javier Solana y el negociador nuclear iraní, Said Yalilí, se reúnen hoy en Ginebra con objetivos distintos, si no contrapuestos. Solana, en nombre de las cinco grandes potencias (EE UU, China, Rusia, Reino Unido y Francia; más Alemania), busca garantías de que el programa nuclear iraní no tiene un contenido militar.