Las ventas de cava bajan el 3% en España pese al fin del boicoteo
El sector pide abandonar el cava más barato porque "desprestigia"
Los productores han dado por enterrado el negro episodio del boicoteo al cava en España desde hace más de un año. Sin embargo, el espumoso ha vuelto a pasar un año difícil en su mercado interior: las ventas bajaron el 3,1% en 2007, hasta situarse en 98 millones de botellas, tres millones menos que el año anterior. El retroceso "ha sorprendido" al sector, que esperaba una campaña más positiva, según admitió ayer el presidente del Consejo Regulador del Cava, Gustau García Guillamet.
"No era lo que nos decían las bodegas", añadió. Las ventas globales se mantuvieron gracias a la mejora de las exportaciones del 2,6% (véase cuadro).
Los cavistas atribuyen el descenso en España a la decisión de dos empresas de dejar de comercializar un cava de gama muy baja, lo que significa 4,3 millones de botellas menos. Y, por otra parte, al pinchazo de aquellas bodegas radicadas fuera de Cataluña, que crecieron de forma espectacular aprovechando el boicoteo a productos catalanes derivada de la crispación política por la negociación del Estatuto en 2005. Una vez normalizado el mercado, sus ventas bajaron el 38,5%, 1,5 millones botellas menos.
Guillamet confió en que estas ventas de las bodegas no catalanas se recuperen. Sin embargo, consideró una buena noticia que otras empresas hayan decidido retirar del mercado cavas del segmento más bajo que "desprestigian" el producto e hizo un llamamiento a evitar "precios excesivamente bajos". Este umbral de prestigio tiene un precio: "Lo deseable es que el cava se sitúe siempre por encima de los seis euros. Hay ofertas de hasta dos euros y deberían desaparecer", opinó Guillamet.
Por motivos diferentes, cada ejercicio, el consumo de cava lleva años estancado en torno a los 100 millones de botellas. Guillamet reconoció: "los crecimientos en todo el mercado serán pequeños". Su batalla consiste ahora en lograr vender cava de más calidad. Y lo ha empezado a conseguir. Aunque las ventas totales del cava, dentro y fuera de España, avanzaron el 0,02%, el valor económico creció el 8%, hasta los 952 millones de euros. Es decir, se vendió la misma cantidad de botellas, pero más caras.
Más exportación
Las exportaciones se recuperaron del pinchazo del año anterior y compensaron la bajada en España. El año pasado se vendieron 126,7 millones de botellas en el exterior, el 2,6% más, gracias a que se han solucionado los problemas de distribución de la primera exportadora de cava, Freixenet, en Alemania. Aun así, este mercado, que es el más importante para el cava en el extranjero, ha bajado el 10%, hasta 41 millones de botellas.
Le sigue el Reino Unido, que ha subido el 5,%, hasta los 32 millones. En Estados Unidos, pese a la fortaleza del euro respecto al dólar, ha logrado crecer el 8,4%, hasta consumir 14,4 millones de botellas.
"Mucho recorrido"
La alegría va por barrios. Fuentes de Codorníu y Freixenet, las dos mayores cavistas del mundo, manifestaron ayer que el ejercicio 2007 había resultado "positivo". En el otro extremo, pequeños cavistas como Agustí Torelló también avanzaron a principios de año que sus ventas "han subido".
Sin embargo, la campaña, según explican fuentes del sector, no ha sido tan positiva para los elaboradores de cava de segmento más bajo, como "aquellos que fabrican para las marcas blancas de los supermercados".
El presidente del Consejo Regulador recalcó que el cava aún tiene "mucho recorrido" para crecer en dos frentes: la desestacionalización y el consumo como aperitivo y no sólo como celebración. Guillamet aseguró que se han logrado avances en ambos sentidos y quitó hierro a la competencia del champán, aunque la venta del caldo francés se ha disparado en España.
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