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El debate nuclear

Japón reconoce más fugas radiactivas

La ONU pide a Tokio claridad sobre los daños del terremoto en la mayor central del mundo

Conforme pasan los días, se va revelando la gravedad de los daños que el terremoto del pasado lunes causó en la mayor central nuclear del mundo. Tras visitar la planta, Hiroshi Aida, el alcalde de Kashiwazaki, la ciudad donde está instalada, ordenó el cierre "indefinido" de la central, espantado por lo que se encontró. Desde tuberías rotas a 400 depósitos de desechos radiactivos por los suelos, medio centenar de ellos reventados; grietas en los tanques de combustible, destrozos en el suelo, restos calcinados del incendio desatado al arder un transformador por el seísmo y fugas radiactivas por valorar. Ayer se supo también que se vertió al mar el doble de agua contaminada de lo reconocido el primer día.

Los fallos detectados en Kashiwazaki destapan el miedo a la seguridad en uno de los países con mayor actividad sísmica
El presidente de la compañía propietaria reconoció que se había encontrado con "un caos" al visitar las instalaciones
Los desperfectos van desde tuberías rotas a grietas en tanques de combustible y depósitos de desechos radiactivos abiertos
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El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) indicó su disposición de apoyar a Japón en la investigación del accidente. El director del organismo nuclear de la ONU, Mohamed el Baradei, que se encontraba de visita en Kuala Lumpur, pidió a Tokio que informe con "transparencia total" del estado de los siete reactores nucleares de Kashiwazaki-Kariwa.

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El presidente de la Empresa de Electricidad de Tokio (Tepco), que gestiona esta central, Tsunehisa Katsumata, reconoció tras visitarla que se encontró "un caos". El lunes, Tepco minimizó los daños que el terremoto causó en la planta, pero el martes admitió que quienes la diseñaron no previeron que fuese sacudida por un seísmo de magnitud 6,8 en la escala Richter. Tepco reconoció también medio centenar de fallos desatados por el terremoto, pero no fue claro en la exposición de los hechos.

Mientras, en Kashiwazaki, los equipos de rescate recuperaron el cuerpo del hombre dado por desaparecido desde el lunes. Se encontraba bajo los escombros de un templo. Con él son ya 10 las víctimas mortales. Más de 10.000 permanecen en centros de acogida por la destrucción de sus casas.

Japón es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo. Cada cinco minutos sufre un temblor, pero es la primera vez que el epicentro de un seísmo mayor está tan cerca de una central nuclear: nueve kilómetros. Pese a ser el único país que ha sido víctima por dos veces de una explosión atómica -Hiroshima y Nagasaki, en 1945-, la absoluta falta de combustibles, tanto de petróleo y carbón, le llevó a abrir sus puertas en la década de los 50 a la energía nuclear. Hoy en día tiene 55 reactores, que producen el 30% de la electricidad que consume.

"Parte del suelo de la central está muy dañada y no hay garantías de seguridad. En estas circunstancias, no se puede permitir que vuelva a operar", declaró el alcalde, haciéndose eco del temor desatado entre la población.

El presidente de Tepco, mientras tanto, en un gesto puramente japonés, pidió perdón "por los problemas y la preocupación causados" y se comprometió a "llevar a cabo una investigación de principio a fin". Sin embargo, insistió en que las medidas de seguridad de la central "funcionaron correctamente", ya que los cuatro reactores nucleares afectados se apagaron automáticamente. El más dañado fue el sexto, pero no estaba funcionando en el momento del terremoto.

Los expertos indican que el hecho de que el seísmo se produjera bajo el mar, a 17 kilómetros de profundidad, exige estudiar la línea de juntura de las fallas sobre las que se levanta la central, por si afecta a la resistencia de ésta a los temblores.

El Baradei indicó que Tokio ha informado al OIEA de los fallos detectados, pero hizo hincapié en la necesidad de una revisión en profundidad. "Esto no significa que la estructura del reactor o el sistema hayan resultados dañados", subrayó. Para el OIEA, una investigación transparente y concienzuda del accidente permitirá aplicar las enseñanzas en otras plantas nucleares del mundo.

Por otra parte, los principales fabricantes japoneses de automóviles -Toyota, Nissan, Mitsubishi y Fuji- suspendieron la producción en todas las fábricas del país por la falta de las piezas que les suministraba un importante proveedor, cuya fábrica resultó dañada por el seísmo. La empresa Riken se vio obligada a cerrar temporalmente su fábrica de Kashiwazaki.

Dos bomberos inspeccionan ayer el incinerador de la central de Kashiwazaki-Kariwa.
Dos bomberos inspeccionan ayer el incinerador de la central de Kashiwazaki-Kariwa.ASSOCIATED PRESS

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