11-M
Pablo Ordaz y Antonio Jiménez Barca
Han pasado siete años. De aquellos dos amigos sólo queda vivo uno: el que no se atrevió a escapar. El otro, Jamal Ahmidan, El Chino, un tipo enclenque y con gafas, utilizó un spray para salir a las bravas del Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid.
EL RELATO DEL 11-M
1
PABLO ORDAZ Y ANTONIO JIMÉNEZ BARCA
-¿Y si nos escapamos? -Yo no me atrevo. Han pasado siete años. De aquellos dos amigos sólo queda vivo uno: el que no se atrevió a escapar. El otro, Jamal Ahmidan, El Chino , un tipo enclenque y con gafas, utilizó un spray para salir a las bravas del Centro de Internamiento de Extranjeros de Madrid. Había cumplido 30 años, era un camello muy conocido y escondía dos poderosas razones para evitar a toda costa su deportación a Marruecos.
2
Hay un muchacho sentado en una bolsa de deportes azul. Se llama Sergio Álvarez y acaba de llegar a la estación de autobuses de la calle de Méndez Álvaro, de Madrid, en un autocar de línea procedente de Asturias.
3
En el suelo de arena de un cobertizo mugriento de una finca de Morata de Tajuña, tapado con unas baldosas a su vez cubiertas de maleza y paja, hay un agujero donde cabría un niño agachado. Las paredes han sido recubiertas hace poco de poliespam, un material impermeable.
4
El conserje Luis Garrudo regresa a su casa con los periódicos gratuitos bajo el brazo. Conecta la radio. Las noticias empiezan a torcerse hasta que el horror se hace insoportable.
5
El conserje Luis Garrudo regresa a su casa con los periódicos gratuitos bajo el brazo. Conecta la radio. Las noticias empiezan a torcerse hasta que el horror se hace insoportable.
NUESTRA ÉPOCA
Timothy Garton Ash
Nos atañe la amenaza 'yihadista' de Londres, pero también los problemas de Brasil
LA CRÓNICA
Soledad Gallego-Díaz
El último debate del Congreso cambia la percepción del PSOE y del PP