Inyección de ánimo socialista
El último debate del Congreso cambia la percepción del PSOE y del PP
El debate sobre el estado de la nación tuvo una repercusión importante en algo que muchas veces no se tiene en cuenta, pero que es muy importante para la vida interna de los partidos políticos: el ánimo. Los socialistas habían llegado al debate inquietos y algo acoquinados ante la acumulación de noticias malas o regulares (fin de la tregua de ETA, resultados mejorables en las elecciones municipales y autonómicas, etcétera) y con un cierto miedo ante la posibilidad de que el PP utilizara la tribuna parlamentaria para lanzar una serie de ofertas electorales difíciles de contrarrestar sobre la marcha. Salieron de la confrontación en una posición de combate mucho más animada.
En el lado del Partido Popular, por el contrario, se llegó al debate con buenos ánimos y expectativas y se salió con un aire tristón y mortecino. La única noticia aparentemente buena para los populares fue que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha comprometido formalmente ante el Parlamento a agotar la legislatura, lo que quiere decir que no irá a las urnas en octubre y que en los ocho meses que restan siempre pueden pasar cosas. "Queda por saber qué pasa en Navarra, qué hace ETA, qué pasa con el Tribunal Constitucional y con el Estatut de Cataluña, y qué apoyos consigue el Gobierno en el próximo debate de Presupuestos", se consuela un importante dirigente del PP, poco satisfecho con la situación actual de su partido. "Buena parte de estos problemas se los habría evitado el Gobierno adelantando las elecciones, pero también es verdad que, celebrándolas en marzo de 2008, Zapatero se garantiza una fecha cercana al aniversario del 11-M y una campaña áspera que, por lo que está visto, le conviene más al PSOE que al PP, por más que algunos no se den cuenta en nuestras filas", resume.
El entusiasmo que causó en el PP el regreso de Rato se ha ido atemperando porque son cada vez más quienes creen que no podrán contar con él en las elecciones
"Nuestra idea es llegar a marzo sin que nadie saque cuerpos de ventaja, sino simples cabezas, y conseguir movernos en un clima de resultados inciertos", coincide otro diputado popular experto en análisis electorales y también poco partidario de seguir con la "estrategia de la bronca". Desde su punto de vista, el PP tendría que convocar al menos una convención o reunión similar para "demostrar unidad y proyecto". "Alguien tiene que intentar romper con algo atractivo que arrastre un puñado de votos y acabe con el actual escenario de inercia", concluye.
El entusiasmo que provocó el regreso de Rodrigo Rato a Madrid, y que podría haber significado ese empujón con el que sueñan los populares, se ha ido también atemperando con el paso de los días, no porque Rato no cuente con toda la estima de su partido, sino porque son cada vez más quienes creen que no podrán contar con él en estas elecciones. Ahora son mayoría quienes piensan que el antiguo vicepresidente "colaborará" desde fuera del partido, haciendo ver su influencia y apoyando a sus antiguos colaboradores, pero no integrado personalmente en ninguna lista ni tarea.
Frente socialista
Entre los socialistas, por su parte, cunde la impresión de que el PP ha decidido ya enrocarse en su propio electorado sin pelear en otros frentes. "Parece que su única estrategia es la de erosión de la figura del presidente. No les interesa nada más que asegurar su propio voto", comenta un analista próximo a la dirección del PSOE.
El compromiso formal de Rodríguez Zapatero ante el Parlamento, de agotar la legislatura, cogió algo desprevenidos a algunos dirigentes del PSOE, que no habían descartado "ontológicamente" un eventual adelanto.
¿Ventajas de agotar el plazo? La sensación de estabilidad, sobre todo. Resultan menos evidentes al repasar la lista de beneficios concretos: "Quizá el hecho de que el AVE ya habrá llegado a Barcelona", bromea un dirigente autonómico, que no oculta, sin embargo, la preocupación que realmente existe ante una difícil movilización catalana.
Cataluña ha sido siempre muy importante para los socialistas porque aporta un buen número de escaños en las elecciones generales. Su cansancio ante las urnas, expresado ya en las últimas convocatorias, suele ser siempre mala noticia: "Todo lo que sea ganar tiempo para que el electorado catalán se recupere es una decisión inteligente", asegura el mismo especialista.
La batalla por los Presupuestos de este año, que hubiera podido aconsejar el adelanto, no parece despertar tampoco mayor preocupación en las filas socialistas. "Primero, porque eso corresponde a Pedro Solbes, lo que quiere decir que es imposible que exista una bronca mediática", prosigue el mismo experto socialista. Segundo, porque para que los Presupuestos no se devuelvan al Gobierno bastará con que los grupos minoritarios que ahora se quieren "desenganchar" se abstengan.
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