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Análisis:Análisis | EL RELATO DEL 11-M
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Paisaje tras las turbulencias

El tribunal tiene previsto empezar a deliberar a partir de mañana

Marc Sageman es un psiquiatra norteamericano. Ha investigado el atentado del 11-M en Madrid y en Marruecos. Ex agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Afganistán a finales de los años ochenta, tras el éxito de su libro Entendiendo las redes terroristas, ahora prepara otro, en el cual Madrid será uno de sus capítulos. Nada más comenzar el juicio del 11-M, a finales de febrero, Sageman viajó a Madrid. Quería ver los rostros de los acusados.

Su primera reacción fue de incredulidad.Los acusados podían haber tenido alguna participación, razonó, pero no los veía como organizadores del plan criminal. Cuando volvió, tres meses y medio después, le llamó la atención cómo se habían adaptado a la situación del habitáculo.

Indicios de la fase de instrucción se han derretido al ser sometidos a escrutinio en el juicio oral
Los servicios de inteligencia no tienen dudas del carácter 'yihadista' del atentado

"Mírelos, sigo sin creer que son los organizadores", señaló con un movimiento de sus grandes ojos celestes hacia la pecera.

¿Cómo se hizo el 11-M?, es una pregunta sobre la que Sageman tiene un punto de vista formado.

"Los atentados de Madrid muestran la evolución de la amenaza contra Occidente. Antes del 11-S, la mayor parte de las operaciones emanadas de esta amenaza han sido coordinadas y financiadas por la central de Al Qaeda. La Operación Madrid ha sido una creación local acometida con fondos propios. No hubo necesidad de la función de comando y control por parte de Al Qaeda central, por así decir, ya que la racionalización del ataque, la estrategia, la táctica y la inspiración estaban al alcance en Internet, lista para el acceso anónimo de cualquier aspirante a terrorista. Parece que ninguno de los autores ha ido a entrenarse a un campo yihadista, sea Afganistán u otro. Han sido terroristas alimentados en España que han vivido allí muchos años y se mezclaron en la sociedad. Tampoco formaban células durmientes. Eran bastante ruidosos en relación con sus creencias, y algunos fueron detectados tempranamente por las autoridades, que les vigilaron durante bastante tiempo. Su éxito se debió en gran medida al fracaso de los servicios de seguridad en la tarea de valorar la amenaza", explica.

Ha visitado el barrio donde vivieron los que más tarde iban a realizar la masacre. Y dice más: "Madrid es el ejemplo de la fusión de dos redes: una red religiosa cerebral que creció a la sombra del círculo de Abu Dahdah [jefe de la llamada célula de Al Qaeda en España, juzgado y en prisión] y una de recios y musculosos criminales formada por amigos de la infancia que se dedicaron al tráfico de drogas. La combinación de ambas fue literalmente explosiva. Si se mira retrospectivamente, esta misma combinación se presenta en la tragedia del 11-S, con el músculo que aporta Arabia Saudí dirigido por el cerebro de la Universidad de Hamburgo".

Ni Sageman ni ninguno de sus colegas en la comunidad de inteligencia de Estados Unidos y la Unión Europea comparten siquiera una sombra de duda sobre el carácter yihadista del atentado. En cambio, recelos sobre la conducta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad haberlos, haylos. Y no en la dirección de los delirantes teóricos de la conspiración.

"Los medios de comunicación aliados con algunos partidos han publicado varias informaciones distorsionadas. Algunos han culpado, por ejemplo, a los servicios de inteligencia de Marruecos de ser el cerebro que urdió el atentado de Madrid en respuesta a varios presuntos agravios. Incluso algunas instituciones del Estado (Policía, Guardia Civil, CNI) han disputado entre ellas para encubrir algunos de sus errores, especialmente cuando se conoció que la infiltración de las redes de traficantes y de terroristas saltaron al público. Todo esto ha hecho muy difícil la tarea de reconstrucción".

Lo cual lleva a dos preguntas: ¿cómo conducir una instrucción judicial en esas condiciones?, ¿acaso no es evidente que los cuerpos policiales desempeñan el papel de protagonista principal en este tipo de investigaciones? La respuesta: la instrucción del juez Juan del Olmo se apoyó, como era previsible, en las pistas e interpretaciones policiales. ¿Pero puso cautelas y frenos? ¿Se elevó por encima de los policías? Si se bucea en la instrucción, el protagonismo policial es abrumador. Y como se ha podido apreciar en el juicio oral -en el juego de contradicción entre las partes y el esfuerzo de inmediación del tribunal-, muchos de los indicios se han derretido al ser sometidos a un escrutinio sistemático.

Los siete miembros de la célula yihadista que se inmoló en Leganés el 3 de abril fueron el núcleo organizador. Cuatro huyeron. Uno de ellos fue atrapado y se sentó en el banquillo. Era, pues, una red quizá muy grande: 38 miembros.

El tribunal comenzará a deliberar a partir de mañana, y es más que probable que reinterprete los hechos a la luz de la realidad emergente del juicio oral. Que no es precisamente aquella de la instrucción sumarial.

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