En memoria de Mikel Essery
¡Oh,Mikel!
Escribo desde la pena. Enterrado entre hayas, Mikel Essery, amigo, hermano de mi cuñado. Murió en Yemen. Este rubio de carnes magras y bigotes sonrientes, maestro y aventurero impenitente, se salvó de la malaria, de las fieras, de los volcanes... pero no se salvó del hombre. Desde hoy descansa bajo la tierra y yo, mujer, le lloro en un alto sobre el mar.