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Reportaje:

Hijos con propiedades curativas

Dos familias piden la selección genética de su próximo bebé para sanar hermanos enfermos

Manuel Planelles

La Consejería de Salud está tramitando los expedientes de dos parejas, una de Cádiz y otra de Córdoba, que deben engendrar bebés in vitro seleccionados genéticamente para poder curar a sus hijos. Los pequeños necesitan que sus futuros hermanos les donen médula ósea o células del cordón umbilical.

En 2006, el Parlamento aprobó la Ley de Reproducción Asistida, que permite engendrar hijos libres de algunas enfermedades hereditarias. La norma, además, deja abierta la posibilidad a los diagnósticos preimplantatorios con fines terapéuticos para terceros, que consiste en realizar un análisis genético a los embriones obtenidos por técnicas de fecundación in vitro antes de transferirlos al útero materno.

A través de esta técnica, una mujer puede dar a luz a un bebé que ayude a curar a su hermano. Sólo se han presentado unas 20 peticiones para esta técnica en España. La Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, que debe dar el visto bueno, sólo ha autorizado tres casos hasta ahora. En Andalucía, la Consejería de Salud tiene dos peticiones sobre la mesa. En diciembre, recibió la de una familia gaditana. El beneficiario sería un niño de cuatro años con betatalasemia, una enfermedad rara que obliga al paciente a someterse periódicamente a transfusiones de sangre. El segundo caso es más reciente. Se trata de Lucía, una niña de cuatro meses a la que han diagnosticado en el Reina Sofía de Córdoba una inmunodeficiencia severa combinada por déficit de adenosina deaminasa. Su sistema inmunológico no puede combatir las infecciones. Sólo se conocen 300 casos en todo el mundo.

Los padres, Francisca Alcaide y Miguel Ángel Velasco, llevaron a la pequeña al hospital hace dos meses. "Ingresó con una infección", afirmó ayer el inmunólogo Manuel Santamaría. Hace 10 días, los médicos consiguieron dar con el origen de sus dolencias. Ante la enfermedad rara que padece Lucía hay dos opciones. Por un lado, se le aplicará en breve un tratamiento sustitutivo con un medicamento huérfano (aquel que se utiliza para tratar enfermedades raras) que le aporte la enzima necesaria para que su sistema inmunológico funcione. La niña debe tomarlo toda su vida.

Pero la solución definitiva pasa por el trasplante de médula ósea que tendría que ser de un donante absolutamente compatible. Como Lucía no tiene un hermano que reúna esas condiciones, Salud ha ofrecido a la pareja la posibilidad de recurrir al diagnóstico genético preimplantatorio. La madre ha accedido: "Para mi hija cualquier cosa (...) No hemos dudado, sólo dudamos si podríamos pagarlo, pero será la Seguridad Social quien lo haga". Si el Comité Nacional da el visto bueno al caso de Lucía, todavía habrá que esperar un tiempo. Según Santamaría, la intervención, ya sea a través de un trasplante de médula ósea o con la utilización de células del cordón umbilical, no será antes de "dos años y medio".

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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