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Pinochet reconoce su responsabilidad política por la dictadura

El ex dictador chileno Augusto Pinochet asumió la responsabilidad política por la dictadura que encabezó entre 1973 y 1990, defendió el golpe militar con el que llegó al poder y apoyó a los militares que están siendo juzgados por violar los derechos humanos, en una carta que leyó su esposa, Lucía Hiriart, a un centenar de partidarios que celebraban el 91 cumpleaños del general frente a su domicilio.

Vestido de terno azul y corbata, y luciendo con sobrepeso, Pinochet reapareció sorpresivamente en público el sábado y saludó a sus partidarios desde el portal de su residencia, mientras le cantaban El rey, su ranchera favorita. "Hoy, cerca del final de mis días, quiero manifestar que no guardo rencor a nadie, que amo a mi patria por encima de todo y que asumo la responsabilidad política de todo lo obrado", señala en la carta, que según abogados de derechos humanos demuestra su lucidez y puede contribuir a que sea condenado por los jueces.

Con el golpe militar que en 1973 derrocó al presidente Salvador Allende y la dictadura, las Fuerzas Armadas quisieron "engrandecer a Chile y evitar su desintegración", agrega Pinochet en su carta, en la que acusa a "grupos de civiles" de iniciar la confrontación cívica y la violencia. Si después de 30 años "quienes provocaron el caos y el enfrentamiento se han renovado y reinsertado en un Estado de derecho, no cabe reclamar castigos para los que evitaron que [esa confrontación] se extendiera y profundizara", afirmó.

Confianza en la historia

Pinochet mostró también su confianza de que en el futuro la historia "juzgará con objetividad" su desempeño, "y reconocerá que la obra realizada colocó a Chile a la cabeza de las principales naciones de este continente". El ex dictador, que está siendo juzgado por asesinatos, torturas y desapariciones de opositores y por corrupción, agregó que ofrecía "gustoso" todos los "vejámenes, persecuciones e injusticias" contra él y su familia, en aras de la armonía y paz entre los chilenos.

Pinochet permaneció cerca de 30 minutos sentado y recibió saludos de parientes, ex funcionarios de su Gobierno y partidarios. Después se irguió con ayuda y encabezó una comida familiar. De la derecha sólo un diputado acudió a saludar públicamente al ex dictador.

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Abogados de derechos humanos y familiares de las víctimas de la dictadura criticaron el contenido de la carta, aunque creen que puede servir como prueba en los tribunales. Según el abogado Eduardo Contreras, el escrito es una "contribución muy importante para demostrarle a los pocos jueces que aún creen en su locura que no está loco". Criticó como una cobardía que Pinochet asuma su responsabilidad cuando no puede ser perseguida legalmente. Para la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, el reconocimiento de responsabilidad política "a estas alturas ya no sirve. Es un acto falso después de tantos años y la falsedad no puede ser reconocida", dijo.

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