Los jugadores sevillistas, en el autobús, aclamados por la multitud / GARCÍA CORDERO
La marea sevillista saluda al campeón
Los pitidos se oían desde primeras horas de la tarde en las principales avenidas de Sevilla y se intensificaron a medida que se acercaban las siete, cuando debía haber aterrizado ayer el avión de los jugadores del equipo rojiblanco. Las banderas con los colores y el escudo del Sevilla, que ya ondeaban desde hacía días en automóviles y balcones, se multiplicaron a partir de la noche de la victoria.