La cantera y el ojo clínico
Pablo Blanco y Monchi encarnan los dos pilares principales de la filosofía del club
El presidente del Sevilla, José María del Nido, se ha cansado de repetir en los últimos días que la filosofía del club es comprar barato y vender caro. Para eso tan sólo hay dos caminos: cuidar la producción propia y pescar chollos en la ajena antes de que otros lo hagan. Esto es lo que salvó al Sevilla de la quiebra económica hace poco más de un lustro -no tenía ni para comprar balones para el filial- y también lo que le ha llevado al éxito. Cantera y ojo clínico, o sea Pablo Blanco y Ramón Rodríguez, Monchi.
Blanco es el principal responsable de las secciones inferiores del equipo. Como jugador fue un 6 clásico y muy querido por la hinchada del club, en el que definitivamente se quedó. Vistió la camiseta sevillista de 1971 a 1984 y los aficionados siempre recuerdan un gran marcaje que realizó sobre el entonces mejor jugador del mundo, Cruyff, y un gol desde el centro del campo que le coló a un ya veterano Yashin.
En la actualidad, Blanco es el responsable de elegir chavales para los 19 equipos que integran la cantera. Entre los frutos más destacados de su mimo y criterio con los más jóvenes están jugadores como Reyes, Sergio Ramos, Navas o Puerta, entre otros. Alrededor de una quincena de jugadores criados en la ciudad deportiva sevillista defienden en estos momentos los colores del equipo de fútbol de élite que no son el de su origen.
Blanco prepara los jugadores del futuro, las piezas que en los malos tiempos sirvieron para sanear las arcas del club con sus traspasos -Marchena, Velasco, Jesuli, Reyes o Ramos- y Monchi se apropia de los que los demás aún no han valorado adecuadamente.
Monchi, el león de San Fernando, perteneció a la plantilla sevillista de 1990 a 1999. Fue un portero con más suplencias que titularidades. Pero en el año de su retirada, el presidente, Roberto Alés, le puso al frente de la gestión deportiva del club, entonces en Segunda. "Lo primero que me dijo es que no había ni un duro para jugadores". Así, por cero pesetas de traspaso llegaron David Castedo, el portero Notario y Pablo Alfaro. Al año siguiente, el equipo subió y en 2003 alcanzó la Copa de la UEFA. Entre sus aciertos destaca el fichaje de Baptista por dos millones y medio de euros, que fue vendido dos temporadas después por 24. Daniel Alves parece que va a protagonizar un caso similar dentro de poco.
Esta primavera recibió una oferta mareante para irse al Almería con algunos de sus colaboradores. Incluso sonó para el Real Madrid. Pero se queda en el Sevilla, al que probablemente fortalecerá aún más.
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