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Entrevista:Fútbol | Liga de Campeones

"Hay que jugar con naturalidad"

Deco y Giuly, rivales en 2004, disputan su segunda final, ahora como compañeros

La final de Gelsenkirchen 2004, ganada por el Oporto por 3-0, reunió en el césped del espléndido estadio Arena-Aufshalke a dos futbolistas que ya estaban en la agenda del Barça: el incombustible Deco, por el lado del equipo campeón, y Giuly, una de las sorpresas más agradables, junto al goleador Morientes, en el de Didier Deschamps. El partido consagró al portugués, que marcó el segundo gol, y amargó al pequeño delantero francés, que se lesionó y ya no pudo jugar con Francia la Eurocopa 2004. Dos meses después de la final, los dos futbolistas se reencontraron en el Camp Nou, donde ya han ganado dos Ligas. Deco y Giuly son los únicos jugadores azulgrana que han disputado una final de la Liga de Campeones y ahora evocan aquel partido de Gelsenkirchen y abordan cómo encara su equipo la cita de París contra el Arsenal.

Deco: "El Arsenal tiene jugadores jóvenes, pero también veteranos. Cesc es un buen futbolista y Henry es magnífico. Pero Hleb es de lo mejor"
Giuly: "No pienso en que me pueda volver a romper. Juego en mi país, allí estará mi familia, conozco el campo..."

El entrenamiento en el campo de La Masia se ha acabado y los dos jugadores se prestan a fotografiarse juntos. "Je, je, esa final la gané yo", le dice riendo Deco a Giuly después de que éste le estampe un beso en la mejilla.

Pregunta. Son los dos únicos jugadores del vestuario azulgrana que ya han jugado una final de la Champions. ¿Esa experiencia es una ventaja?

Deco. Haber jugado una final te aporta más tranquilidad y la certeza de que tienes que hacer tu juego. Sin duda, esta segunda final es algo especial: yo siempre he dicho que hay grandes jugadores, grandes profesionales que no han tenido la oportunidad de gozar de una final de la Champions, que es algo muy grande.

Giuly. Bueno, un poquito de ventaja sí que tienes, pero mi primera final empezó mal. Me lesioné a los 20 minutos. Y ahora espero que en ésta pueda disfrutar y que todo vaya mejor.

D. Pues a mí todo esto que estamos viviendo me recuerda un poco lo que sucedió en Oporto. La gente estaba tan ilusionada como en Barcelona porque también sólo había ganado una Copa de Europa [en 1987, frente al Bayern Múnich] y volver a jugar una final y luego ganarla era muy importante para la afición.

G. Para el Mónaco también fue una especie de fiesta porque el equipo estaba formado por un grupo joven, sin ninguna experiencia. No nos preocupaba Deco ni casi nadie. Fue un sueño para nosotros llegar hasta allí. Pero aquí es distinto...

P. ¿Por qué? El Barça jugó la última final hace 12 años y la perdió...

G. Pero... ¡No es lo mismo! ¡Aquí hay más presión! Ronie [Ronaldinho], Samu [Eto'o] o yo mismo, cualquiera, ha venido a este club a ganarlo todo. Y ahora estamos ante una oportunidad de demostrar que somos un gran equipo. Si ganamos, será la guinda a una temporada extraordinaria y algo mágico para nosotros y la ciudad.

D. Sí, hay mucha ilusión en la gente. Pero en una final nunca se sabe. En la de la Copa de la UEFA de 2003, en Sevilla, ante el Celtic, creíamos que con el primer gol dominaríamos el partido y luego se nos complicó [3-2]. Tampoco fue fácil ante el Mónaco. Recuerdo que el partido estaba muy igulado, sin apenas ocasiones y el gol de Carlos Alberto [1-0, m. 39] llegó en un momento inmejorable. El segundo lo marqué yo [2-0, m. 71] y entonces empezamos a tener la sensación de que la final no se nos iba a escapar. La verdad es que, cuando se lesionó Giuly, las cosas se empezaron a poner bien. Porque barría todo el frente del ataque. Jugaba por detrás de Morientes, no recorriendo la banda, y te podía sorprender en cualquier momento. Era un jugador casi más difícil de marcar que hoy en el Barça.

G. Para mí, fue una sensación de doble tristeza porque me lesioné muy pronto y acabé viendo el 3-0 [Alenitchev, m. 74] desde el banquillo. Mi problema físico me impidió después jugar la Eurocopa. Lo único bueno que me pasó es que dos meses después fiché por el Barça. Fue un día de mala suerte. No pienso en que me pueda volver a romper. Juego en mi país, allí estará mi familia, conozco el campo... Sólo pienso en jugar a tope y ganar

P. Pese a que el Arsenal ha eliminado al Madrid, al Juventus y al Villarreal, el Barça acaba de ganar la Liga y parte como favorito ¿Comparten esa sensación?

D. El Oporto era candidato a la victoria, pero fue un poco una sorpresa que tanto nosotros como el Mónaco llegáramos a Gelsenkirchen. Nadie contaba con nosotros y ahora es distinto. Hemos disputado el torneo con la condición de ser uno de los favoritos desde el principio y eso hay que asumirlo con naturalidad. Hay que jugar con naturalidad No creo que nos llegue a afectar, aunque si nos dejamos llevar por esa condición... Pero no he visto ni leído ni escuchado que ningún jugador se proclame favorito.

G. Es que en una final los dos equipos tienen las mismas posibilidades: el 50%. Ya veremos qué pasa el miércoles. Tanto el Barça como el Arsenal son dos equipos jóvenes, con calidad. Si el Arsenal ha llegado a la final es por algo. Es un equipo muy compacto, al que le gusta jugar bien, tiene calidad y no está formado por dos o tres jugadores. Físicamente, están muy bien. Conozco muy bien a Henry y Pires, pero hay muchos más. Hay otros interesantes, como Gilberto Silva. Y nosotros tenemos que ser nosotros; sí, naturales.

D. La gente cree que por haber eliminado al Chelsea o al Milan vamos a ser campeones, pero el Arsenal ya ganó la Liga no hace tanto [2004] y ha vuelto a jugar muy bien. Tienen jugadores jóvenes pero también veteranos como Henry, Bergkamp o Pirès. Cesc es un buen futbolista y Henry es magnífico. Pero Hleb, el centrocampista bielorruso, es de lo mejor que hay en la media.

P. Sus compañeros, inexpertos en finales, les están pidiendo estos días consejo sobre cómo prepararse para el partido.

G. La verdad es que no. Hay que esperar al partido con tanquilidad. Yo creo que la clave puede ser desarrollar nuestro juego. Sólo pienso en jugar, que marque quien sea y ganar la final.

D. Tampoco hay que hacer nada especial. Yo, como siempre, escucharé música brasileña antes de jugar. Se dice que una final es un encuentro cualquiera, pero no lo es porque ya no hay que motivar a los jugadores. Y tampoco te vas a pegar una paliza física a estas alturas del curso. Hay que hacer el trabajo normal, prepararte psicológicamente y descansar. Nosotros dos hemos comentado muchas la final del 2004, pero ¡nos preguntan más los periodistas que nuestros compañeros! Pero, de todas formas [sonríe], Giuly no tiene mucho que decir porque esa final la gané yo.

Deco abraza a Giuly al posar, divertidos, para la entrevista.
Deco abraza a Giuly al posar, divertidos, para la entrevista.CARLES RIBAS

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