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CÓMO SOBREVIVE EL PEQUEÑO COMERCIO

Adaptarse o desaparecer

Dos comerciantes de cada capital narran cómo han hecho frente a las grandes superficies

Las grandes superficies comerciales ganan terreno en el País Vasco año a año, pese a que esta comunidad dispone de una de las normativas más restrictivas de España respecto a la implantación de estos centros. El Gobierno endureció en 2001 las condiciones para las grandes superficies, en un intento de ralentizar su expansión y hacerla compatible con el desarrollo del pequeño comercio. Las tiendas tradicionales intentan resistir el empuje de los poderosos gracias a una mayor especialización y a alargar los horarios. Euskadi cuenta con 14,5 establecimientos comerciales por cada 1.000 habitantes.

Aunque las cifras de comercios abiertos en las tres capitales ha permanecido más o menos estable entre 1999 y 2004, último año del que dispone de estos datos el Ejecutivo, hay ligeras variaciones. Bilbao contaba en 2004 con 9.215 comercios minoristas, 825 menos que cinco años antes. En Vitoria el número de esos establecimientos ascendía a 4.494, cuando cinco años antes era de 4.648. En San Sebastián, las tiendas bajaron de 5.110 en 1999 a las 4.889 de hace dos años, aunque con un repunte sobre el ejercicio anterior. El sector emplea a unos 76.000 personas, cifra que ha crecido ligeramente año a año.

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¿Qué hace que las cifras apenas varíen, cuando cualquiera ha podido comprobar el goteo continuo de cierre de pequeños establecimientos? Unos comercios son sustituidos por otros, normalmente dedicados a otro sector más demandado por la clientela. Cierra la frutería, pero abre una tienda de embutidos y vinos o de telefonía. Como señala la Cámara de Comercio alavesa, "los establecimientos de productos frescos pierden unidades año tras año, excepto panaderías y pastelerías". También resalta que en su territorio, el formato supermercado ha sido el que más ha crecido porcentualmente en los últimos 10 años. Los supermercados, además, absorben esos pequeños comercios de productos frescos que desaparecen, en consecuencia, de las calles.

Un dato que destaca el Gobierno en uno de sus últimos informes sobre el comercio, con cifras de 2005, es que, por primera vez, son más los locales en alquiler que en propiedad, un 48,5% frente a un 47,9%, respectivamente. Hasta ese momento, la tendencia había sido que los comerciantes fuesen a la vez los dueños de sus lonjas. Un profesional de Bilbao no quiere "ni pensar" cuánto le podrían ofrecer por su local, situado en una de las mejores zonas de capital vizcaína.

Aquellos que han permanecido a lo largo de los años y han sabido adaptarse al nuevo tipo de cliente, en el que escasea ya el ama de casa tradicional, afirman no sentirse "amenazados por las grandes cadenas". En consonancia con ese optimismo y seguridad del pequeño tendero superviviente, un informe de la Cámara de Comercio de Bilbao destaca que en Vizcaya la mayoría de los clientes (un 52,7%) elige como establecimiento de alimentación preferido la tienda especializada y sólo un 25% el hipermercado.

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Dos comerciantes tradicionales de cada una de las tres capitales explican cuál ha sido la evolución de su negocio y qué han tenido que hacer para resistir a la competencia de las grandes cadenas.

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