"Un trabajo bonito, pero muy esclavo"

"Somos unos supervivientes", asegura Pedro López Otegi (Bilbao, 1971) y apunta que hace 40 años "había 70 tiendas de ultramarinos en cuatro manzanas". Ahora apenas quedan ellos. El establecimiento López Oleaga de Bilbao cumplió en 2004 su centenario. Con el tiempo ha ido cambiando de nombre, según el del propietario, y quizá algún día la tienda se llame López Otegi, cuando Pedro y su hermana Marisol la hereden. De momento, ambos trabajan en ella, como su padre Javier y su tía María Teresa (los dos López Oleaga que le dan nombre y los propietarios).

El establecimiento ocupa una lonja de 140 metros en una de las zonas más caras de Bilbao, junto a la conocida como "la milla de oro": Astarloa esquina Ledesma. El escaparate, a las dos calles, llama la atención. Botellas de ricos vinos y licores especiales se alinean junto a conservas gourmet, sal rosa del Himalaya, distintos tipos de vinagre de Módena, aceites, y otras exquisiteces. Cada uno con un cartelito con su precio pintado a mano. "Los hace mi padre, uno a uno. Estuvo años ensayando con distintos tipos de números", indica.

El suyo es un negocio familiar, por ello se dedican a la tienda de sol a sol: 8.45 a 14.00 y de 16.30 a 21.00. Y no cierran en todo el año. Aunque los tiempos han evolucionado, ya que hasta hace poco abrían un cuarto de hora antes por la mañana y ahora han empezado "a cerrar los sábados por la tarde". Pedro López lleva en la tienda 18 años y afirma que "es un trabajo bonito, pero muy esclavo". Lo que destaca es "la clientela", mucha de ella "fija" y otros que vienen recomendados. En los últimos veinte años, la familia López ha visto como esa clientela cambiaba "del ama de casa a la que se le subía la compra diaria" a un cliente más especial. En consonancia, ellos también han cambiado. De los productos de alimentación "más de trote" han pasado a las delicatessen y se han especializado en licores y vinos (disponen de más de 200 referencias de vino). "Si hubiéramos seguido con el papel higiénico, ya habríamos cerrado", vaticina, así que ellos se centraron "en la calidad".

A López Otegi no le preocupa si abren más grandes cadenas de alimentación cercanas (tres supermercados les rodean, entre ellos, el de El Corte Inglés) ya que, dice "los grandes no pueden ofrecer la calidad y las prestaciones que damos aquí". "Nosotros tenemos que ser más profesionales. Tienes que entender, saber de lo que vendes. La gente agradece que le explique", comenta.