El presidente palestino encargará a Hamás la formación del Gobierno
Al Fatah rechaza la oferta de entrar en un Gabinete de unidad nacional
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, se mostró ayer firme a la hora de respetar el resultado de las elecciones legislativas del miércoles. No dispone de demasiado margen, dados los 76 escaños que el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás ocupará en el Parlamento de 132 diputados. Sin ambages, y a pesar de que Israel se opone radicalmente a mantener el más mínimo vínculo con un Gobierno que cuente con la presencia de ministros de Hamás, Abbas anunció su intención de encargar la formación del Ejecutivo al partido triunfador.
"Hasta el momento no hemos pedido a ningún partido que asuma la formación del Gobierno, pero hemos negociado con algunos de ellos y, por supuesto, encargaremos esa tarea a quienes han recibido más votos", declaró escuetamente el dirigente palestino en su oficina de la Mukata de Ramala pocas horas después de conocerse la debacle de su organización. La formación del Ejecutivo se augura peliaguda.
Mañana está previsto, según anunciaron líderes del movimiento fundamentalista, que Ismail Hania, número uno de la candidatura, se reúna con el presidente Abbas en la ciudad de Gaza para discutir todas las opciones. Hamás desea formar un Gobierno de unidad nacional. Y, consciente de que no será aceptado como interlocutor en una eventual reanudación del proceso de paz con Israel, cedería gustoso los cargos de primer ministro y las carteras que conlleven algún tipo de contacto con Israel. Pero Al Fatah, el partido que dirige Abbas, se empeña en poner todas las piedras en el camino y rechaza, hasta la fecha, entrar en el Gobierno.
"Ahora son ellos quienes deben asumir sus responsabilidades", declaró el jueves Yibril Rajub, ex jefe de la Seguridad Preventiva en Cisjordania y dirigente de Al Fatah que ha perdido a manos de su hermano su escaño en Hebrón. Miles de simpatizantes de la organización que fundara Yasir Arafat se manifestaron anoche en las calles de Gaza para reclamar que los políticos de Al Fatah no se sumen al nuevo Ejecutivo y para exigir la dimisión de la dirección del partido.
La cuadratura del círculo
Abbas, que a su vez es jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), creada por Yasir Arafat, es el responsable de dirigir las negociaciones con Israel, y ayer sugirió un rodeo para lograr la cuadratura del círculo. No sería un miembro de un Gobierno que incluyera a políticos de Hamás quien se haría cargo de las conversaciones con los dirigentes israelíes. Tal función la asumiría la histórica organización que dirigiera Arafat durante décadas. "Estoy comprometido con la aplicación del programa con el cual fui elegido hace un año, que se basa en la negociación y en hallar una solución pacífica con Israel. Vamos a reactivar el papel de la OLP", afirmó el mandatario palestino.
Esta fórmula serviría también a los designios de Hamás. Hasta hace pocos meses, hablar de negociación era anatema para el movimiento islamista. Hoy condicionan el diálogo con el Estado judío a que Israel se muestre dispuesto a ofrecer concesiones sustanciales.
Mahmud Zahar, uno de los máximos representantes del partido islamista, dijo que su grupo no tiene planes inminentes de reconocer oficialmente al Estado sionista. "Mi pregunta es si Israel está dispuesto a reconocer el derecho de retorno de los refugiados palestinos y a admitir la existencia de un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén. No reconoceremos a nadie a expensas de nuestros intereses nacionales", zanjó Zahar antes de concluir: "Han estado desperdiciando nuestro tiempo sin cumplir nunca. Si aceptan las exigencias básicas en relación con los territorios ocupados, los prisioneros y Jerusalén, revisaremos nuestros argumentos".
En el ámbito interno, todo son palabras destinadas a mantener la calma. Ismail Hania abordó uno de los asuntos que más preocupan en los territorios palestinos: la estabilidad de las fuerzas de seguridad, cuyos miembros han sido reclutados entre las anárquicas milicias de Al Fatah. "Se pagarán los sueldos a todos los funcionarios y policías", subrayó Hania. Hamás descarta las purgas.
Gaza promete ser un hervidero durante las próximas jornadas. Los principales líderes de Hamás son refugiados que residen en la franja, e Israel les prohíbe abandonar el territorio y viajar a Cisjordania, por lo que es Abbas quien debe desplazarse a Gaza. Pero también quiere viajar a la ciudad mediterránea Jaled Meshal, jefe máximo del movimiento fundamentalista en el exilio. Desde la capital siria, Damasco, conversó ayer por teléfono con el presidente para expresar su disposición a diseñar un Gobierno de coalición.
De producirse ese traslado de Meshal, otra agria disputa con Israel estará con seguridad sobre el tapete. Ya fue Meshal objeto de una controversia que implicó a Jordania en tiempos del rey Husein. El Mosad, servicio de espionaje exterior israelí, trató de asesinarle en Ammán inyectándole un veneno. Los agentes judíos fueron detenidos y el monarca exigió la entrega inmediata de un antídoto. Israel tuvo que ceder.
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