Cataluña firma como invitada de la Feria de Francfort de 2007

La consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Caterina Mieras, y el director de la Feria de Francfort, Jürgen Boos, firmaron ayer el contrato que fija el marco para la participación de la cultura catalana como tema monográfico de la Feria de Francfort de 2007. Según el acuerdo, el Instituto Ramon Llull se compromete de forma expresa a "incorporar un amplio abanico de la diversidad cultural y a considerar las diversas identidades culturales existentes dentro de los territorios de habla catalana". También garantizará la inclusión "de los escritores y artistas catalanes que no se expresan en catalán".

La firma se realizó en presencia de Xavier Folch, director del Instituto Ramon Llull, y de los presidentes del Gremio de Editores de Cataluña, Josep Maria Puig de la Bellacasa, y de la Asociación de Editores en Lengua Catalana, Manuel Sanglas. Conseguir una mayor difusión de la cultura catalana en el mundo, a partir del gran escaparate de la feria, es la gran meta de los organizadores. La presentación de Cataluña en Francfort abarcará todos los territorios catalanohablantes.

"Los catalanes nos superamos ante los desafíos", dijo Caterina Mieras, que considera que los objetivos de este desafío son reforzar el sector editorial y "mantener el liderazgo a nivel de Estado de nuestras editoriales", y difundir el conocimiento de los escritores catalanes, "escriban en la lengua que escriban". También afirmó que el Parlamento de Cataluña aprobará que "la literatura catalana despliegue en Francfort todo su potencial". La consejera subrayó: "Nuestra riqueza es nuestra diversidad".

La cultura catalana dispondrá en el codiciado y cotizado espacio de la Feria de Francfort de 2.500 metros cuadrados para presentarse al mundo como invitada de honor. Antes de fin de este año, el Instituto Ramon Llull presentará un proyecto previo sobre la presentación de Cataluña en 2007.

Derechos para el cine

Una de las actividades que se han reforzado durante esta edición es la de la venta de derechos de libros para el cine. Inspirada en el encuentro entre agentes y productores que cada mes de abril se celebra en Mónaco, la feria ha sido sensible a un dato revelador: más del 40% de las películas que se hacen hoy están basadas en obras literarias. Así que las agencias Pontas y Carmen Balcells, y también Random House Mondadori, han abierto sus catálogos a la gente de cine que anda buscando historias bien armadas, con fuerza, capaces de seducir.

Mientras tanto, poco a poco, se van sabiendo novedades. La competencia es dura por la nueva novela de Mario Vargas Llosa, y Random House Mondadori se ha quedado con el legado de Susan Sontag -tres volúmenes de diarios, dos ensayos, sus cartas, una colección de relatos-, casi todo material inédito y muy jugoso, por la implicación política de la escritora en tantos hechos relevantes y por el lugar que ocupó como encrucijada entre los intelectuales de Europa y América.

Planeta (en español) y La Magrana, en catalán, han comprado Spanish bow, donde la estadounidense Andrómeda Romano-Lax reconstruye la vida de Pau Casals; Seix Barral lanzará ocho novelas del neoyorquino Alan Furst (situadas en los años treinta y cuarenta y con tramas de espionaje) y la historia que protagoniza hacia 1830 un detective eunuco en el Imperio Otomano, contada por Jason Goodwin en El árbol de los Jenízaro; Salamandra publicará En ningún lugar del mundo, del libio Hishan Matar (con Gaddafi como telón de fondo). En cuanto a las ventas (sin contar a Uderzo), Rafael Ábalos ha colocado su novela juvenil Grimpow (una intriga medieval llena de fantasía, publicada por Montena) en más de 15 países; a Tusquets le está yendo muy bien con Horacio Castellanos Moya y Leonardo Padura, y la Oficina del Autor está encantada con la marcha de los títulos de Marcelo Figueras y José Machado, además de Fernando Vallejo y Manuel Rivas.