Zapatero promueve una conferencia de Europa y África sobre inmigración

Los Gobiernos de España y Marruecos acordaron ayer crear una comisión permanente integrada por representantes de cuatro ministerios de los respectivos Ejecutivos, que se reunirá "lo antes posible", para abordar los problemas de seguridad y técnicos que plantean los flujos de inmigrantes sin papeles. Además, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometerá personalmente en promover una conferencia ministerial de los países europeos y africanos emisores, receptores o de tránsito para los inmigrantes irregulares, que se celebrará en Marruecos.

Éstos son los resultados del viaje del ministro de Asuntos Exteriores a Rabat, que Miguel Ángel Moratinos, tras reunirse cerca de seis horas, entre la noche del pasado lunes y en la mañana de ayer, con su colega, Mohamed Benaissa, calificó de "muy positivos", y de "salto cualitativo" en el caso concreto de la cooperación bilateral. "Éste es un nuevo inicio de la cooperación con Marruecos", aseguró el ministro.

La visita, realizada apenas dos semanas después de la cumbre hispano-marroquí de Sevilla, fue impulsada por Rodríguez Zapatero en el clima de alarma social suscitado en España por las medidas drásticas que Rabat puso en marcha en torno a Ceuta y Melilla a raíz de aquel encuentro, y especialmente por las deportaciones masivas de subsaharianos hacia el sur de Marruecos. Pero responde también a las quejas de las autoridades marroquíes por la reacción de la opinión pública española, que, a su modo de ver, o denuncia su pasividad, o critica su actuación como inhumana sin tener en cuenta las dificultades y problemas que asume Marruecos al frenar el avance hacia el norte de los inmigrantes sin papeles.

Parece que este segundo aspecto, la queja marroquí de incomprensión hacia su comportamiento, dominó las entrevistas de Benaissa y Moratinos. El comunicado final de las conversaciones contiene sólo una breve frase, a modo de apostilla, sobre el trato humanitario a los inmigrantes, cuando dice que los problemas de la seguridad tienen que resolverse "en el respeto de los derechos individuales y colectivos".

Las dos delegaciones se explayan, en cambio, en la expresión de su "satisfacción por la calidad de su colaboración en el ámbito de la migración y se felicitan en particular por los resultados obtenidos en la lucha contra la migración ilegal", que el propio comunicado califica de "positivos".

En una breve comparecencia con Benaissa ante la prensa, Moratinos insistió en la "gran satisfacción" del Gobierno español por la "excelente cooperación" y los "extraordinarios esfuerzos" de Marruecos durante la reciente crisis.

En una comparecencia posterior, con preguntas de periodistas, a la que Benaissa declinó sumarse, Moratinos recordó que "la situación de los derechos humanos, la asistencia humanitaria, la esperanza y la solución de los problemas ha sido siempre una constante de la política española".

En relación con los acuerdos de ayer, el ministro español advirtió de que el futuro "no será fácil" y añadió que "sería engañoso hablar de soluciones milagrosas". Pero consideró fundamental que Rabat haya aceptado un planteamiento que él ya hizo hace dos semanas en las Cortes españolas para afrontar la inmigración ilegal.

Por lo que se refiere al ámbito bilateral hispano-marroquí, Moratinos precisó que el comité interministerial integrará a representantes de los Departamentos de Exteriores, Interior, Justicia y Trabajo y Asuntos Sociales de los dos países, con la misión de revisar todos los mecanismos de cooperación existentes. En concreto, se refirió a la reactivación del acuerdo de devolución de inmigrantes sin papeles de 1992, a las bases de la colaboración policial, a la valoración de la asistencia técnica que precise Marruecos para manejar crisis como la actual y a la fijación de protocolos de actuación para una acción eficaz de las policías de los dos países.

El segundo plano es el multilateral, y surge de la constatación de que "España y Marruecos difícilmente podrían culminar por sí solas una empresa de tal envergadura", en relación con un problema que, además, es "de todos, específicamente de la UE y de África". De ahí la iniciativa de la conferencia internacional que Zapatero va a promover en contacto con el presidente de la Unión Africana y con el líder surafricano Tabo Mbeki, entre otros, y a través de la próxima Conferencia Euromediterránea de Barcelona, donde se intentará resolver los problemas de Argelia y Marruecos para controlar la inmigración a través de sus fronteras.