La fiscalía investiga la elevada mortalidad en las urgencias del hospital de Leganés

El fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, ha abierto una investigación tras recibir de la Consejería de Sanidad dos denuncias anónimas por presunta "mala praxis" en la administración de fármacos en el servicio de urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés. El responsable del servicio ha sido relevado temporalmente, según hizo público ayer la Consejería de Sanidad. La investigación intenta determinar si los pacientes recibieron "dosis excesivas de fármacos" que les pudieran haber causado la muerte. El hospital de Leganés registra más muertes en urgencias que otros centros, pero menos en planta.

El consejero, Manuel Lamela, informó en la mañana de ayer de estos hechos al fiscal jefe, Manuel Moix, y le comunicó que le iba a remitir una denuncia que le había llegado a él, anónima, para que la valorase y actuase en consecuencia. Lamela indicó al fiscal de que su departamento había abierto una investigación interna para intentar aclarar el contenido de la denuncia, que tiene que ver con el alto índice de fallecimientos que se viene registrando en los últimos tres años en las urgencias del hospital de Leganés.

Según fuentes de la fiscalía, este departamento abrió una investigación a comienzos de esta semana tras recibir un escrito anónimo (supuestamente con igual contenido que el remitido ayer por Lamela al fiscal) que había hecho llegar a la fiscalía la Asociación el Defensor del Paciente (no confundir con la figura institucional del Defensor del Paciente). Según estas fuentes, la denuncia de Lamela será unida a las diligencias que ya estaban abiertas.

Los mismos medios señalaron que una de las primeras líneas de investigación será determinar "si se ha administrado un exceso de calmantes a enfermos terminales de cáncer -hecho que puede acortar la vida de un paciente- sin haberlo comunicado previamente a los familiares".

Según fuentes sanitarias, el índice de mortalidad en las urgencias de este centro es "tres o cuatro" veces superior al de otros hospitales, sin que aparentemente haya nada que lo explique, ya que se trata de "un centro hospitalario normal, como cualquier otro de Madrid". Las fuentes del Ejecutivo regional añaden que "la diferencia es muy abultada".

Dosis de sedante

La investigación se inició a raíz de que, el pasado día 8, el consejero Lamela y la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias (Avinesa) recibieran sendas denuncias en las que se indicaba que unos 400 pacientes pudieran haber sido víctimas de dosis excesivas de morfina, Dormicum y Tranxilium en los últimos dos años, presuntamente sin conocimiento de sus familiares. En las denuncias hay un anexo en el que figuran los nombres de ocho pacientes y una larga relación de números supuestamente correspondientes a los historiales médicos de otros enfermos. Por el cúmulo de datos y el lenguaje utilizado en las denuncias, las fuentes informantes concluyen que ambas fueron escritas por la misma persona y que se trata de "alguien de dentro del hospital Severo Ochoa".

El mismo día 8, Sanidad ordenó "una inspección exhaustiva" para el esclarecimiento de los hechos, y al día siguiente, a las 9 de la mañana, los servicios de inspección desembarcaron en el hospital Severo Ochoa para investigar los hechos. El pasado jueves, Sanidad informó al Consejo de Administración del Servicio Madrileño de Salud, tanto de la existencia de la denuncia como de la correspondiente inspección. Y ayer Lamela informó personalmente de los hechos al fiscal jefe, Manuel Móix.

Ayer, viernes, el consejero Lamela ordenó el "relevo temporal" del coordinador de urgencias del hospital, Luis Montes, que llevaba unos cuatro años al frente de este servicio. Al mismo tiempo, Lamela informó ayer a todos los portavoces parlamentarios, a los presidentes de los colegios de médicos y enfermería y a la Defensora del Paciente, Margarita Retuerto, de la existencia de la citada denuncia y de las medidas que habían sido adoptadas. También hizo pública una nota de prensa en la que detallaba su actuación y hacía público el relevo del jefe de urgencias.

El departamento que encabeza Lamela aseguró que se mantiene "a la espera de que se pronuncien tanto los servicios de inspección, como la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid". "La consejería garantiza y reitera a los ciudadanos que se seguirá trabajando para el total esclarecimiento de los hechos, y reitera una vez más la enorme calidad del sistema sanitario madrileño y el alto grado de profesionalidad de sus trabajadores". La nota prosigue: "Teniendo en cuenta la naturaleza de los presuntos hechos denunciados, Sanidad considera necesario un ejercicio de prudencia y responsabilidad para evitar la creación de alarmas o mensajes que pudieran afectar a la dignidad de las instituciones y a la buena imagen de los profesionales", señaló la consejería en una nota.

Las investigaciones realizadas hasta ahora, según las fuentes informantes, han llegado a la conclusión de que hay varios pacientes cuyos familiares fueron informados del estado terminal en que se hallaban sus parientes y dieron consentimiento a que éstos fueran sedados para evitarles sufrimientos. "Lo que habrá que determinar ahora es si a estas personas se les administraron dosis excesivas de fármacos", puntualizan.