La sedación paliativa en el hospital de Leganés fue avalada por un comité de ética
El Colegio Oficial de Médicos asegura que la administración de tranquilizantes a los enfermos de cáncer se hizo siempre con el previo consentimiento de los familiares
La sedación paliativa suministrada a pacientes oncológicos terminales en el servicio de urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés fue avalada por un comité de ética para proporcionar una muerte digna a enfermos agónicos con dolores extremos y una esperanza de vida inferior a cuatro días.
Así lo han asegurado hoy la presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Juliana Fariñas, y el presidente de su comisión deontológica, Miguel Casares, saliendo al paso de las informaciones sobre el alto índice de mortalidad registrado en los últimos tres años en el servicio de urgencias del hospital de Leganés, y que ayer mismo provocó el relevo temporal del responsable del servicio tras recibir la Consejería de Sanidad dos denuncias por presunta "mala praxis" en la administración de fármacos.
Una de las denuncias, anónima, vincula la muerte de 400 enfermos terminales de cáncer con sobredosis de tranquilizantes administrados sin el consentimiento de los familiares. Sobre este último extremo, Fariñas ha querido aclarar que la sedación en los casos que llegaron al conocimiento del comité de ética se practicó "siempre con el consentimiento informado de las familias". Además ha dicho que "en ningún caso se trata de eutanasia". En los mismos términos se ha expresado Casares, al asegurar que el protocolo diseñado en Leganés "era correcto, porque se informaba a la familia suficientemente, se tenía el consentimiento informado y se realizaba la sedación para resolver un problema de un paciente, que es la angustia, la agonía, la disnea, el dolor, en una situación en la que ya no hay esperanza porque se tiene una enfermedad mortal en hora o en días". En su opinión, las denuncias son "infundadas" y se han podido registrar en el marco del debate social sobre la eutanasia.
Según ha explicado Fariñas, el equipo de urgencias de Leganés presentó en 2003 al comité de ética del hospital de Getafe un estudio sobre unos 40 casos de pacientes terminales -la mayoría con tumores generalizados y mayores de 80 años-, a los que se había suministrado la sedación paliativa como vía para garantizar una muerte digna y sin dolor. Se trataba de enfermos en su fase final -menos de cuatro días de vida- y que normalmente son enviados a casa para morir, ya que el hospital no puede hacer nada para lograr una mejoría de su situación. En lugar de remitirlos a sus domicilios, el centro de Leganés propuso aliviar los dolores generalizados de esos pacientes y evitar los ahogos agónicos, una práctica "avalada internacionalmente", ha aclarado Fariñas.
La fiscalía de Madrid decidió ayer abrir una investigación interna para aclarar las causas de la alta mortalidad en las urgencias dicho centro hospitalario, un porcentaje que duplica la registrada en otros hospitales de la región en los últimos tres años. Sin embargo, las muertes en planta, o en el resto del hospital, fueron inferiores en Leganés que en los otros centros.
Querella contra el responsable de urgencias
Por su parte, la presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente (Adepa), Carmen Flores, ha anunciado hoy su intención de presentar una querella contra el jefe de urgencias del Severo Ochoa. Según ha explicado, Adepa tuvo conocimiento en 2003 de que el número de muertes en las urgencias del hospital de Leganés superaba el de otros centros, pero sus informaciones fuero rechazadas por la dirección.
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