Cuba libera al periodista Raúl Rivero, uno de los símbolos de la disidencia
El Gobierno ha excarcelado desde abril a 12 presos del Grupo de los 75 por motivos de salud
Mientras la UE debate sobre la conveniencia de cambiar la política de sanciones a Cuba, el Gobierno de Fidel Castró continuó ayer con las excarcelaciones de disidentes del denominado Grupo de los 75 y liberó a su figura más simbólica, el periodista y poeta Raúl Rivero, que cumplía una condena de 20 años. Rivero, de 59 años, y el opositor Oswaldo Alfonso, de 39, fueron puestos en libertad con una "licencia extrapenal" por motivos de salud. Con ellos, son 12 los miembros del Grupo de los 75 que han salido a la calle desde abril. Los diplomáticos esperan más liberaciones en las próximas horas.
La liberación de Rivero era esperada tanto en medios diplomáticos como entre la disidencia, pero aún así no dejó de sorprender. Todavía el lunes por la noche, a su esposa, Blanca Reyes, le comunicaron que estuviese preparada para ir a visitarlo el miércoles al hospital militar Carlos J. Finlay de La Habana, adonde había sido trasladado desde la prisión de Canaleta, en Ciego de Ávila. Ayer por la mañana, un oficial de la seguridad cubana la recogió en su casa para que le llevase ropa interior, jabón y café. Fue en el hospital donde les dieron la noticia.
Su apartamento en La Habana se llenó de inmediato de periodistas, y allí sus primeras palabras fueron de agradecimiento a los colegas de todo el mundo, y especialmente de España, que habían mantenido viva la campaña por su libertad. Después vino toda una declaración de principios: "Quiero seguir en Cuba trabajando y ejerciendo un periodismo libre, sin mandatos"; "no soy un conspirador ni un mercenario de Estados Unidos, soy un simple escritor"; "salgo de la cárcel sin odio"; "estoy a favor del diálogo, no de la confrontación".
El fundador de Cuba Press admitió que no pensaba continuar con su labor al frente de esta agencia de prensa disidente: "La verdad, aquello me agotó bastante, fue una lucha con mucha gente y contra mucha gente. Muchos cuando decían 'voy a hacer periodismo independiente', empezaban a hacer periodismo contra la revolución. Y yo creo que no hay periodismo revolucionario ni contrarrevolucionario, sino periodismo, que uno debe de tratar de hacer de la forma más honesta posible".
Con su ironía criolla más punzante, también estableció una distinción entre los "miedos" de antes y los de ahora: "antes tenía miedo, y no quiere decir que ahora tenga menos. Pero es otro miedo, ha cambiado la calidad del miedo, y lo administro yo".
Su liberación fue recibida con alegría en medios diplomáticos europeos, en los que se vincula al reciente restablecimiento del diálogo con España y a las últimas gestiones del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien en la reciente Cumbre Iberoamericana de San José se interesó por la suerte del periodista ante los dirigentes cubanos Carlos Lage y Felipe Pérez Roque. Tras bambalinas, la diplomacia española había reclamado "gestos" de La Habana, en momentos en que Madrid trata de convencer a Bruselas de la necesidad de cambiar la actual política de sanciones, especialmente las invitaciones a los disidentes a la celebración de las fiesta nacionales en sus embajadas en La Habana, y retomar el diálogo político con las autoridades de la isla.
Hoy se reúnen en la capital cubana los embajadores europeos para concretar un informe, solicitado por los Veinticinco, sobre las medidas que podrían adoptarse para "reestructurar" el diálogo y los contactos con la oposición, en sustitución de las polémicas invitaciones, en represalia a las cuales el Gobierno cubano mantiene "congelados" los contactos oficiales con las representaciones diplomáticas de la UE. Entre estas medidas, se propone establecer contactos semestrales de los embajadores con la oposición; restablecer las visitas de representantes de la UE a la isla, y que durante éstas los funcionarios se reúnan con la disidencia; e invitar a los opositores a que visiten las instituciones comunitarias.
En medios disidentes, el gesto de excarcelar a los prisioneros se contempla con reticencia, y "como una maniobra para enviar una falsa señal de cambio". En cualquier caso, disidentes y diplomáticos se han felicitado por las liberaciones y no descartan que en las próximas horas se puedan producir más, pues todavía algunos presos están siendo sometidos a exámenes médicos en el hospital de la principal cárcel de La Habana.
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