El Camino de Santiago, premio Príncipe de Asturias de la Concordia

La ruta religiosa más antigua de Europa, convertida hoy en un multitudinario fenómeno social internacional en el que se mezclan elementos espirituales, culturales y puramente turísticos, fue galardonada ayer con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. En el primer Año Santo del tercer milenio, el jurado concedió el galardón al Camino de Santiago en reconocimiento a su papel como "símbolo de fraternidad y vertebrador de una conciencia europea".

Dejó escrito Goethe que la conciencia de Europa se forjó peregrinando a Santiago, y los ecos de esa frase, convertida ya en lugar común para definir el fenómeno jacobeo, resonaron ayer por todas partes desde que se conoció el fallo del jurado en Oviedo. De Goethe se acordó inmediatamente el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien aprovechó la ocasión para reivindicar las "raíces cristianas" de Europa. "Esto es la guinda al Xacobeo 2004", proclamó con euforia Jesús Pérez Varela, consejero de Cultura de la Xunta de Galicia.

Hace apenas 20 años, la tradición de las peregrinaciones a Santiago parecía languidecer sin remedio. En 1980, el arzobispado compostelano no entregó más que 260 compostelas, el documento acreditativo de haber recorrido al menos 100 kilómetros del camino por "promesa, piedad o devoción" que ya recibían los caminantes de la Edad Media. Al terminar este año se habrán entregado unas 150.000 acreditaciones, según las previsiones de Jenaro Cebrián, el canónigo que está al cargo de la Oficina del Peregrino de Santiago. Pero los que recorren la ruta en tramos cortos son muchísimos más. En lo que va de año, la Xunta ha contabilizado unas 600.000 estancias nocturnas en la red de 58 albergues que la Administración gallega tiene a lo largo del camino.

El galardón, dotado con 50.000 euros y una escultura de Joan Miró, fue concedido por unanimidad por un jurado integrado por los miembros del patronato de la Fundación, empresarios y financieros en su mayor parte. La propuesta de la candidatura partió de varios miembros del jurado, entre ellos Gonzalo Anes, director de la Academia de la Historia. Será entregado en octubre en Oviedo por el príncipe de Asturias a una representación, aún por decidir, de los ámbitos religioso, cultural y civil vinculados a la ruta jacobea.