"Mendoza, la nueva California"
Invertir más pronto que tarde en la época dorada del vino argentino
"¿Sabe lo que me gustaría? Pues que José María Entrecanales, que se ha jubilado, diversifique y haga una parte de la producción de su bodega privada en Mendoza", confía, ufana, esta extremeña entusiasta de 62 años, acodada en su cuartel general de operaciones de la madrileña calle de Fernando el Católico, desde donde suele saltar y zambullirse en casi todos los caldos. ¿Recogerá el guante Entrecanales y hará parte de los 100.000 litros del Array
án, su marca privada, en la atractiva Mendoza, la ciudad de las acequias, una provincia occidental argentina emparedada entre Chile y la pampa? ¿O se lo pensará Alfonso Cortina, para hacer algo de vino para su colección privada en en viñas mendocinas? Una cosa es segura. María Jesús Mijares, que va y viene de Mendoza y Salta, desde 1985, dos provincias argentinas que ya conoce como su propia tierra, está haciendo sus esfuerzos. Asesora en Cafayate, Salta, al grupo de Romero y Solari, que acaban de ganar la gran medalla de oro en París. La industria vitívinicola de Mendoza es un polo de atracción de capitales de todo el mundo, pero se está invirtiendo en otros sectores: hoteles, por ejemplo. "Los periodistas españoles deberían, al igual que los bodegueros, claro, darse una vuelta por allí". He aquí una síntesis del diálogo que mantuvo con este periódico.
"Diría que Bodegas Torres es una gran ausente. Las autoridades mendocinas deberían hacer un esfuerzo por atraerla"
Pregunta. Al empresario australiano, francés, norteamericano o español que recala en Mendoza, le entran ganas de comprar. ¿Qué está pasando?
Respuesta. Pasa que durante largos años Mendoza ha estado muy dormida. Pero ya se ha despertado. Se han hecho bodegas con mucha lógica, con gran solvencia tecnológica. Lo primero es que las propias bodegas argentinas han hecho un enorme esfuerzo. Cambiaron el chip. Iniciaron la producción de otro tipo de vino y otro tipo de bodegas. Estoy pensando en la región de Luján de Cuyo, Tupungato, sobre todo, en viñedos que parecen morder la Cordillera de los Andes, incluso las pequeñas como son La Consulta, Fapes, y otras. Bodegas nuevas, no demasiado grandes. O de toda la vida, como Lagarde, que ha vivido una gran reestructuración. Y no digamos bodegas como Salentein, con participación de capital holandé. La instalación de bodegas como Catena , de Séptima, de Cordorniú. O como Tapiz o Fournier. Es discutible que hayan llegado a su punto óptimo de calidad, pero es un gran avance. Ya no estamos en la época de López, quizá algo viejos, que mantienen su público tradicional. En Europa, por otra parte, se aprecia que no haya que estar sometido a la normativa comunitaria durísima que impide plantar.La mano de obra es notablemente más barata que aquí. ¡Qué duda cabe de que la depreciación del peso frente al dólar y al euro ofrece unas ventajas competitivas excepcionales!.
P. No están, por cierto, todos los que son, es decir, los bodegueros españoles. ¿Hay algo de miedo a invertir?
R. Está Codorniú, con todo su grupo. Es el más importante. Con su vino Séptima, que todavía tiene camino que andar, pero que quiere producir un vino de gran consumo, de calidad y precios asequibles, está dando un ejemplo. También hay que citar al grupo Arco, que es muy fuerteEl grupo de bodegas hispanoargentinos que hizo un asociación de capital con la compra de Martins y su sociedad posterior con Norton, que no funcionó. O con el grupo austríaco Swarovski. Diría que Bodegas Torres es una gran ausente. Las autoridades mendocinas deberían hacer un esfuerzo por atraerla. Pienso que no exageramos si decimos que Mendoza es hoy para la inversión extranjera lo que fue la industria vitivinícola de California hace algunos años.
P. ¿Da para tanto?
R. Sí. Porque, fíjese, ofrece el interés de un lugar donde se puede hacer algo más, cosa que parece imposible en el mundo del vino, que se puede aún plantar, una provincia donde la normativa no es excesivamente formalista, es decir, no existe el corsé en la producción, sin ir más lejos, en España. El tema de las denominaciones de origen está todavía sin definir del todo.
P. ¿La ampliación del consumo de vino todavía tiene recorrido? Hay ahora una superproducción a escala mundial.
R. Sí, hay recorrido. Hace apenas unos años ibas a la calle peatonal del centro de Mendoza y no te vendían una copa , es decir, vino fraccionado. Los argentinos tienen que venir y promover.
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