Bruselas considera que Europa tiene capacidad para construir el ITER en solitario
La Unión Europea tiene capacidad técnica y científica suficiente como para construir y explotar en solitario el reactor nuclear de fusión ITER. Ésta es la respuesta que la Comisión Europea dio ayer a la propuesta del primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, de afrontar este importante proyecto científico sin los socios internacionales, dado que uno de ellos, Estados Unidos, se ha decantado, como era previsible, por la candidatura japonesa para instalar el reactor frente a la sede francesa de Cadarache. Francia se resiste a perder esta oportunidad, una vez que logró que la UE descartase la sede española de Vandellós (Tarragona).
El escollo fundamental, según un portavoz de la CE, sería el financiero, ya que el proyecto prevé una inversión de más de 10.000 millones de euros en 30 años, de los cuáles sólo la construcción supone 4.500 millones. "De cualquier manera, son los ministros de Investigación los que tienen la palabra al respecto", dijo el portavoz. [El ministro español de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, comentó ayer que España apoya la candidatura europea para el ITER, pero dentro de un contexto internacional: "Debemos intentar todos que siga siendo un proyecto internacional", dijo.]
Los responsables nacionales de Investigación no se reunirán formalmente hasta mediados de mayo. Para entonces, el consorcio internacional del ITER, en el que están los siete socios (UE, Rusia, China, Estados Unidos, Canadá, Japón y Corea del Sur) ya tendrían que haber seleccionado la sede.
Arroz y lechugas por peces y garzas
El Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, que ocupa 1.250 hectáreas de suelo en el linde de las provincias de Alicante y Valencia, está considerado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como el número uno entre los humedales españoles en calidad de agua. Este paraje, protegido por el acuerdo Ramsar sobre Humedales de Importancia Internacional desde 1971, fue declarado parque natural en 1994.
La importancia de este paraje se debe principalmente a la calidad de sus aguas, no contaminadas, que permite la proliferación de una pradera vegetal sumergida única en España. Esta flora ha sido el sustento de especies de aves y peces en peligro de extinción. La actuación de los dos cargos políticos condenados afectó, según el fallo judicial, a especies como el calamón común, el samaruc, la garcilla bueyera, la garza imperial y el carricero tordal, todas especialmente protegidas en España y algunas en peligro de extinción.
La Sección Tercera de la Audiencia de Alicante considera probado que el ex alcalde Carlos Pascual y el ex concejal de Agricultura José Orihuel, quienes se opusieron a la declaración de parque natural del humedal en 1994, trataron desde 1995 hasta 1997 de desecar una parte del terreno para el cultivo de hortalizas y recuperar otro suelo del parque para el cultivo de arroz. Con esta intención, los dos procesados "acordaron la quema de la vegetación y rebajar o disminuir el nivel de agua que conforma las zonas húmedas, así como llevar a cabo construcciones de caminos y realización de diques para facilitar el paso de vehículos". Las desecaciones y las actuaciones realizadas en el interior del parque causaron un descenso en el nivel freático de más de un metro.
La Guardia Civil detectó durante 1996 hasta 1997 siete incendios, algunos de ellos con cerca de 40 focos distintos.
El tribunal recuerda que la actuación de Pascual y Orihuel en estas quemas queda constatada en un plan de quemas de Pego, que nunca fue autorizado por la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat.
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