Las autoridades marítimas no han reforzado los medios de salvamento en Galicia un año después
Técnicos de las capitanías reconocen que no disponen de ningún nuevo protocolo de actuación
El Ministerio de Fomento y la Xunta de Galicia se han apresurado a informar, en las cercanías del aniversario de la catástrofe del Prestige, de la próxima construcción de remolcadores y barcos de salvamento. Esos buques no estarán en servicio hasta dentro de al menos tres años, según los expertos. Sin embargo, los medios de salvamento marítimo en la zona de Galicia apenas han variado un año después, aunque su eficacia esté en entredicho. Tampoco se ha elaborado ningún nuevo protocolo de actuación para un caso de accidente, según fuentes de las capitanías. Ni se ha realizado ensayo alguno. No se han producido tampoco ceses ni dimisiones entre quienes tuvieron alguna intervención en el caso Prestige; es más, se han producido algunos ascensos.
El nombramiento de Serafín Díaz como capitán marítimo ha sido muy cuestionado
Pocas cosas han cambiado en Galicia en cuanto a salvamento se refiere. "Tenemos los mismos remolcadores, sólo que un año más viejos", manifestó un técnico de la Capitanía de A Coruña. El principal remolcador sigue siendo el Ría de Vigo, propiedad de Remolcanosa y contratado en exclusiva por Fomento por 1.337.000 euros al año. Se da la circunstancia de que el comportamiento del Ría de Vigo durante el accidente del Prestige fue muy discutido dado que intentó hacer un contrato privado, hecho que se había producido con anterioridad en otros accidentes. El propio ministro de Fomento anunció hace casi un año la apertura de un expediente a Remolcanosa, del que todavía no se tiene información oficial. El Ría de Vigo está considerado por los expertos como un remolcador poco útil para arrastrar grandes embarcaciones. Nunca ha podido certificar más de 92,7 toneladas de tiro, aunque oficialmente conste en algunos documentos que supera con creces las 100, que es la potencia de tiro adecuada para remolcar grandes buques. Fomento no ha informado todavía de si se renovará el contrato con el Ría de Vigo.
"Gastar gasolina"
La flota de Sasemar se completa con el Ibaizábal I, en situación de disponibilidad, perteneciente a la empresa Sertosa Norte, un barco que tampoco es adecuado para grandes buques, según los técnicos. Finalmente, el Pau da Luz, un remolcador de Remolcanosa que no pudo actuar en el caso del Prestige por estar averiado, ha sido sustituido por el Ibaizábal III, de Sertosa Norte. El remolcador público Alonso de Chaves volvió a su base en Gijón tiempo después del accidente, a pesar de ser considerado el mejor buque de salvamento que hay en los alrededores. Tripulantes de este buque manifestaron a este periódico que en Gijón se dedican a "gastar gasolina" cuando podrían prestar mejor servicio en la costa gallega, donde transitaron 43.209 buques en el año 2002, de los que 12.446 transportaban mercancías peligrosas. Las quejas de la tripulación del Alonso de Chaves son frecuentes en lo que respecta a recibir órdenes de no intervenir en beneficio del Ría de Vigo.
El salvamento marítimo cuenta también con medios de la Xunta de Galicia. En este punto, también son frecuentes las críticas. El principal remolcador es el Conde de Gondomar, antiguo Remolcagure Bat, un pequeño y viejo remolcador. Como buque de apoyo está el Serra de Santiago, que es un viejo pesquero reconvertido que faenaba en el Gran Sol, cuya velocidad no sobrepasa los 14 kilómetros por hora. Ambas embarcaciones pertenecen a Remolcanosa, con sustanciosos contratos de alquiler: 1,5 millones de euros en el caso del Serra de Santiago. El diario La Opinión informó de que el contrato con este barco no exigía conocimientos de inglés a los mandos de su tripulación. Ambos barcos resultaron inoperativos durante el accidente del Prestige, hace un año, y colaboraron en otras funciones, como fue la localización de las manchas de fuel o la instalación de barreras. La Xunta anunció la pasada semana la construcción de dos nuevos barcos de salvamento y la adquisición de dos nuevos helicópteros.
El grueso del despliegue de salvamento se completa con tres helicópteros, uno de Sasemar (Helimer Galicia) y dos de la Xunta (Pesca I y Pesca II), los mismos que actuaron con en el accidente del Prestige.
La magnitud que tuvo el accidente tampoco ha provocado la elaboración de un nuevo protocolo de actuación. "Teóricamente, si sucede algo parecido", dijo un técnico de la Capitanía de A Coruña, "volveremos a alejar el buque. No tenemos ninguna nueva instrucción, entre otras cosas porque no ha existido una investigación interna. Esa debe ser la teoría de José Luis López Sors [director general de la Marina Mercante], que ya aplicó en el caso del Cástor en enero de 2001 y con el Prestige. Aquí lo que hacemos es mandar una fragata y alejar el buque".
El Cástor era un buque tanque cargado con 50.000 toneladas de gasolina que sufrió una avería frente a las costas de Almería. La orden fue alejarlo. Tras una travesía de 35 días recibió permiso para entrar en Túnez en una zona de abrigo donde se efectuó el trasvase de la carga. Ese fue el precedente al Prestige.
El nombramiento de Serafín Díaz como capitán marítimo es fuente de numerosas críticas internas. Serafín Díaz era un inspector técnico experto en pesqueros y enviado a bordo del Prestige para poner en marcha sus máquinas. Fue quien acusó al capitán Apostolos Mangouras de haber saboteado el Prestige. Recibido como un héroe por las autoridades marítimas fue ascendido días después y nombrado capitán marítimo antes del verano, a pesar de estar imputado por presunta falsificación de un expediente de inspección de un barco. Serafín Díaz tiene 69 años y deberá jubilarse definitivamente el próximo año.
Algunas de sus decisiones han sido muy contestadas dentro de las capitanías de Galicia.
El 23 de agosto pasado, Serafín Díaz obligó a atracar en el puerto de A Coruña al buque libanés Spiridon, acusado presuntamente de lavar sus tanques de hidrocarburos. Inmediatamente, Fomento anunció esta acción en una nota informativa, aludiendo al éxito del dispositivo especial puesto en marcha para luchar contra la contaminación. Se le pidió una fianza de 900.000 euros al armador, una sanción extremadamente dura. Sus 22 tripulantes, entre ellos tres vaqueros (cowboys), siguen viviendo en su interior desde hace casi tres meses porque el armador se niega al pago de esa fianza.
El Spiridon regresaba a Irlanda después de haber transportado 1.488 toros a Líbano. Su capitán sostiene que lo que limpiaban eran los excrementos que había dejado el ganado. En los documentos del caso sólo consta que las autoridades españolas hayan enviado una muestra del vertido al laboratorio, cuando el protocolo de Bonn exige tres. La muestra fue enviada el 12 de septiembre, cuando el protocolo exige que se haga con carácter inmediato. No consta que se hayan inspeccionado el nivel de los tanques de combustible del buque una vez atracado en A Coruña, según los abogados del armador. "Me parece que confundir mierda de vaca con petróleo puede ser un hito en la capitanía de A Coruña", dice un inspector.
Inspección frustrada
Unos meses antes, poco después de su nombramiento, el 28 de junio pasado, Serafín Díaz tuvo un fuerte altercado con los inspectores de la capitanía cuando éstos procedían a inspeccionar un petrolero, el Histria Emerald, de bandera maltesa, atracado en A Coruña. Esta inspección respondía a una exigencia del real decreto 91/2003, aprobado precisamente tras el accidente del Prestige. Serafín Díaz tomó la decisión de prohibir dicha inspección porque podía resultar arriesgado hacerlo cerca de la refinería de Repson.
El altercado motivó una dura queja de los inspectores, quienes llegan a afirmar en un escrito oficial que "respecto a la actitud torticera del Capitán Marítimo, Señor Díaz, induciendo a incumplir un real decreto sin darlo por escrito, obedece a la muy particular concepción de esta persona de entender la ética y la profesionalidad. De seguir por este camino, con continuas injerencias en el trabajo de la inspección marítima, es más que probable que se incremente las causas penales que tiene abiertas por distintos juzgados de A Coruña y Pontevedra".
A pesar de este percande, las autoridades afirman haber "incrementado el número y calidad de las inspecciones de buques extranjeros en puertos españoles. Durante los últimos meses, las autoridades marítimas han desviado 26 buques con hidrocarburos pesados, casco único y más de 15 años de antigüedad, fuera de las 200 millas, que es la Zona Económica Exclusiva.
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