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Bruselas endurece la guerra comercial con EE UU al rechazar la carne hormonada

Los Quince aumentan la lista de sustancias prohibidas para el engorde de las reses

La Unión Europea optó ayer por endurecer su postura en la guerra comercial contra Estados Unidos por las hormonas para engordar ganado. Si hasta ahora estaba prohibida la importación de carne hormonada pese a las sanciones impuestas por Washington, Bruselas decidió ayer incluir otras cinco sustancias utilizadas para el engorde de las reses cuya carne tampoco podrá ser vendida en Europa. La Organización Mundial de Comercio (OMC) ya dio la razón a Washington en 1998 porque la Unión Europea no había justificado técnicamente la medida.

Ahora Bruselas ha enviado los correspondientes informes científicos y ha ido más lejos en el contencioso comercial trasatlántico.

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La OMC condenó en enero de 1998 la decisión unilateral de la UE y, como represalia, Estados Unidos y Canadá impusieron a partir del siguiente ejercicio incrementos de derechos aduaneros a diversos productos agropecuarios europeos por valor de 116,8 millones de dólares anuales en el caso estadounidense y de 11,3 millones de dólares canadienses. Ahora, la Comisión asegura que ya tiene en sus manos esos informes de los especialistas y que los ha enviado a la OMC. Insiste Bruselas en los posibles efectos cancerígenos de la hormona del crecimiento, mientras considera que las consecuencias para la salud humana de otras cinco sustancias son imprevisibles.

Con la aprobación de los resultados presentados por el Comité Científico de Medidas Veterinarias Relacionadas con la Sanidad Publica, "estamos en total conformidad con el juicio de la OMC y vamos a pedir el levantamiento de las sanciones impuestas por Estados Unidos y Canadá", señaló ayer Arancha González, portavoz de Pascal Lamy, el comisario europeo para el Comercio.

Bruselas pretende ahora darle la vuelta a la tortilla de las sanciones y justificar ante la OMC que su actuación es correcta. No se descarta incluso la posibilidad de que se pueda recurrir al derecho a aplicar sanciones comerciales contra EE UU y Canadá en caso de obtener un dictamen favorable de Ginebra y si esos dos países no renuncian a las sanciones. "Se trata de equilibrar la situación", indicaron fuentes de la Comisión Europea.

A raíz de la condena de la OMC, Bruselas encargó diversos estudios científicos, ahora recogidos en una directiva (ley) comunitaria, que han probado el carácter cancerígeno de la 17 b estradiol, una hormona para el crecimiento. "Debería estar prohibida porque no es segura para el consumidor", dijo González. En consecuencia, los Quince mantienen la prohibición de imponer ese tratamiento al ganado (salvo en condiciones muy estrictas de control sanitario y nunca para animales destinados al consumo) y reiteran la prohibición de importar carnes así tratadas.

Testosterona

Sobre el carácter nocivo de otras cinco hormonas para el crecimiento (testosterona, progesterona, acetato de trembolona, zeranol y acetato de melengestrol) no existen aún medios para evaluar el riesgo, por lo que la UE mantiene provisionalmente la prohibición de su uso y consumo, de acuerdo con la reglamentación de la OMC.

La directiva entra vigor esta semana y los países de la UE tienen doce meses para aplicarla. Con respecto a EE UU y Canadá, "les pedimos que levanten las sanciones", señaló la portavoz. Si ambos países mantienen las represalias, Bruselas elevará a la OMC una petición para que se convoque un llamado panel de conformidad que certifique el cumplimiento por la UE de las exigencias y, en consecuencia, la ilegalidad de las sanciones.

El salto dado ayer por la Comisión Europea agrava aún más la tensión comercial entre las dos orillas del Atlántico, seriamente deteriorada también desde el punto de vista político por las diferencias sobre la intervención en Irak. La guerra de la carne hormonada es el litigio más antiguo. En un tira y afloja similar se ha movido el contencioso comercial por el bloqueo europeo a los productos transgénicos estadounidenses, también por motivos de salud pública.

El frente se completa con las restricciones comerciales que EE UU impone a los produtos de acero desde marzo de 2002, caso pendiente de resolución ante la OMC. Y en el tintero, con visos de un arreglo, está el revés de la OMC al sistema de subvenciones a las exportaciones norteamericanas, ante el que la UE está autorizada a aplicar sanciones por valor de 4.000 millones de euros anuales si Washington no modifica antes de final de año este régimen.

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