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Los científicos tendrán que pedir un crédito para financiar sus proyectos

Ciencia y Tecnología dará anticipos reembolsables en las convocatorias con fondos europeos

Los científicos cuyos proyectos cuenten con fondos estructurales europeos tendrán que pedir un crédito al Ministerio de Ciencia y Tecnología para obtener parte del dinero. Es el complicado mecanismo que ha encontrado este ministerio para contar con este dinero que la UE le ha prohibido adelantar, como hacía en años anteriores. Una solución que dificultará todavía más, en opinión del diputado socialista Jaime Lissavetzky, el trabajo de los científicos españoles. Se verán afectados unos 1.500 proyectos, en todas las comunidades autónomas menos Madrid.

Una partida nueva en los presupuestos generales del Estado para 2004 lo deja bien claro. Se destinan 55 millones de euros a Anticipos reembolsables. Fondo Nacional para el Desarrollo Científico y Tecnológico. La partida se sitúa en el mismo capítulo en el que figuran los más de 1.000 millones de euros destinados a créditos a empresas para programas militares, parte del esfuerzo militar que supone casi un tercio de los fondos totales de investigación y desarrollo. Pedro Morenés, secretario de Estado de Política Científica, reconoció ayer en el Congreso que esta partida representa los fondos estructurales europeos (Feder) que España venía utilizando para financiar proyectos de investigación (el trabajo de los científicos españoles) adelantando el dinero contra el criterio de la UE. Este mismo año el Gobierno salvó in extremis el adelanto de estos fondos (por valor de 170 millones) pero quedó claro que ya no puede seguir haciéndolo.

El Ministerio de Ciencia y Tecnología que ahora encabeza Juan Costa intentó que Hacienda incorporara las dotaciones Feder en el presupuesto destinado a subvenciones, pero la única solución que le han dado ha sido incorporar la partida como créditos, de forma que no contribuya además a aumentar el déficit cero tan caro al presidente Aznar.

Lo menos malo

Lissavetzky preguntó ayer a Morenés por el tema y aseguró que esto significa que las universidades y organismos públicos de investigación tendrán que endeudarse y que esto supondrá un gran aumento de la burocracia y repercutirá negativamente en los investigadores. Morenés, en su respuesta, adujo: "De lo malo es lo menos malo (...) porque si no, no aprovecharíamos los 55 millones que nos da Feder porque no podríamos tener acceso a ellos. Es la fórmula que hemos buscado y lo facilitaremos de la mejor manera para evitar la burocracia que su señoría teme y tememos todos". A falta de más detalles, el panorama que se presenta es que cada científico jefe de proyecto tenga que pedir al ministerio el crédito correspondiente a través de su centro de investigación, el cual lo devolverá cuando Hacienda, o quizás el mismo ministerio, le haga llegar el dinero que Europa pague a proyecto terminado.

El diputado socialista recuerda que el PSOE propone la creación de una agencia nacional de financiación de la I+D que implicaría mucha mayor flexibilidad en los mecanismos de financiación, cada vez más complicados e ineficientes desde que se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología. En parte, los problemas y retrasos en la resolución y el pago de las convocatorias de proyectos de investigación surgen de los reiterados problemas informáticos en el ministerio, recordó Lissavetzky a Morenés. Éste reconoció que es una paradoja "un poco jocosa" que existan problemas informáticos en el ministerio de I+D+i pero aseguró que se esta poniendo en práctica un programa muy ambicioso y que "aunque tenemos un retraso, espero que no haya más sobresaltos".

Los fondos Feder representan entre un 50% y un 70%, según la región de que se trate, de cada proyecto de tres años de duración del Plan Nacional de Investigación. La partida de 55 millones supone solamente, al parecer, el dinero europeo para los nuevos proyectos que se aprueben en la convocatoria de 2004 del Plan Nacional de Investigación, que serán unos 1.500, si se mantienen las cifras de los últimos años. La Comunidad de Madrid, donde se concentra una gran capacidad de investigación (entre un 35% y un 40% de los proyectos aprobados) no se verá afectada, dado que gasta los fondos Feder sobre todo en infraestructuras.

Pobre aumento

Morenés aseguró ayer que el programa de Fomento y Coordinación de la Investigación Científica ha aumentado en los presupuestos de 2004 en un 24% (452 millones de euros). En este programa se incluye el Fondo Nacional, que el PSOE considera el referente más fiable de la atención dedicada a la investigación básica, pero también las infraestructuras, una partida que este año ha aumentado mucho debido sobre todo a la inclusión de los gastos de la instalación de luz sincrotrón que se va a construir en Cataluña.

Según Lissavetzky, el Fondo Nacional, que financia el Plan Nacional de Investigación, ha aumentado un 3,6% en 2004, mientras el Profit, programa para fomentar la innovación tecnológica, ha aumentado un 10,6%, según datos ministeriales. Además, este aumento se limita al 1,4% si se detraen los créditos que deberán pedir los investigadores para obtener su dinero, adujo Lissavetzky, quien también recordó que se dedica cuatro veces más dinero (1.373 millones de euros) a los gastos militares, que representan más asimismo que el presupuesto de todos los organismos públicos de investigación juntos. Morenés, sin embargo, aseguró que el dinero dedicado a proyectos aumenta en 2004 un 5,7%.

Juan Costa y Josep Piqué, durante la campaña para las elecciones generales del 12 mayo de 2000.
Juan Costa y Josep Piqué, durante la campaña para las elecciones generales del 12 mayo de 2000.EFE

Ordenadores para las escuelas

La definición de investigación y desarrollo (I+D) se presta a ambigüedades, que suelen ser aprovechadas, y no sólo en España, para hacer figurar como tal actividades que aportan poco o nada al acervo de conocimientos acumulados. Una interpretación estricta arrojaría fuera de este ámbito muchas actividades que se engloban en él sin tener derecho, pero ni siquiera una interpretación laxa permitiría considerar como actividades de investigación y desarrollo la mera compra de equipos informáticos.

En el proyecto de presupuestos generales del Estado para 2004 ha aparecido una nueva partida en la Función 54 (la destinada a investigación y desarrollo), por valor de 107 millones de euros. Lleva el epígrafe Innovación tecnológica de las telecomunicaciones y representa parte del dinero que el Gobierno va a destinar a impulsar el uso de la informática en distintos sectores de la sociedad -pequeña y mediana empresa, Administración, escuelas- como vía de desarrollo de la sociedad de la información. El PSOE considera que esta partida ha sido movida de sitio (que antes no estaba en la función 54) y que sólo una pequeñísima parte (un 5%) podría considerarse como verdadera I+D. El PP aduce que representa algo más de I+D y que ya había una partida parecida, aunque menor, en la misma función en los presupuestos del año pasado.

Si se quita, aunque sea parcialmente la partida citada, el aumento anunciado de la función 54 en 2004, que algunos cifran en el 10% y otros en un 9,1% queda reducido a un 7%.

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