_
_
_
_

El Midem arranca con una declaración de guerra a la piratería discográfica

9.000 profesionales de la música buscan en Cannes soluciones al incierto futuro del mercado

Elsa Fernández-Santos

La 37ª edición del Mercado Internacional del Disco y la Edición Musical (Midem) abrió ayer sus puertas en Cannes. Llovía en la lujosa ciudad costera francesa mientras en el interior del Palais des Festivals empezaba el trajín de los 9.000 profesionales acreditados este año; 1.000 artistas, 550 periodistas y los representantes de empresas discográficas de 90 países. Una palabra en boca de todos: piratería. "La situación es muy difícil, la crisis es profunda, y la música gratuita, el gran problema", señala Dominique Leguern, directora del Midem.

Más información
La directora del Midem pide una bajada de los impuestos para luchar contra la piratería musical

Hilary B. Rosen, presidenta ejecutiva del Record Industry Asociation of América (RIAA), va más lejos: "En Estados Unidos las pérdidas de 2002 son de 1.500 millones de dólares. El mercado de la música ya no será el mismo. La piratería debe ser combatida por los gobiernos. Si seguimos así, a la industria discográfica le quedan cinco años de vida". En Estados Unidos, principal mercado discográfico del mundo, las ventas cayeron un 6,8% en los seis primeros meses de 2002, mientras que en Japón, el segundo mercado, descendieron más de un 14%. En Suramérica, los buenos comportamientos de Brasil (+7,1%) y Chile (+29%), no pudieron soportar el derrumbe argentino, que perdió casi un 76%. Europa vendió un 7,5%, una caída atenuada por la buena salud de las ventas francesas, que ganaron cinco puntos porcentuales, un dato positivo pero inquietante si se compara con el crecimiento de años anteriores.

Williams, a favor

Pero la piratería no es un enemigo para todos, la estrella pop británica Robbie Williams puso la nota disonante en la primera jornada del Midem: "A mí la piratería me parece genial, de verdad. Además, no hay nada que hacer, nadie puede frenarlo. Mi casa de discos me odiará por decirlo, lo sé". "Quizá no es mi asunto hablar de esto, pero si me preguntan digo lo que pienso", añadió. "Estuve hace un año en una reunión de directivos de casas de discos y era evidente que no tenían ni la más remota idea de qué hacer con este asunto. A mí me parece estupendo que la gente se baje la música de Internet y la copie, no se puede prohibir. Además, yo he vendido cinco millones de discos, así que, sinceramente, que lo copie quien quiera".

Williams fue una de las estrellas de los premios de la música NRJ, que desde hace cuatro años concede esta popular radio francesa y que en esta edición ha galardonado a Las Ketchup como el grupo revelación internacional del año. Las tres hermanas aseguran estar "un poquito" cansadas del Aserejé, que ahora (tras ser número uno en 20 países) también arrasa en China y Japón.

Pero los números no cuadran en una industria que no encuentra soluciones y que ve cada año más reducidas sus expectativas económicas. Hilary B. Rosen, presidenta desde hace un año de la RIAA, una de las instituciones más poderosas de la industria discográfica, cree que la solución es un acuerdo de las casas de discos con los fabricantes de ordenadores. "Hemos reaccionado tarde y eso es porque hasta ahora los países más avanzados no se habían dado cuenta de la importancia y la gravedad del asunto. Existe un factor tecnológico fundamental: fabricantes como Microsoft, Intel, HP y Apple, aunque se dicen contrarios a la piratería, no se han sentado seriamente a abordar el problema. Existen técnicas de protección de discos, técnicas que se pueden aplicar, siempre que sean compatibles con la reproducción en ordenador. Hay que sentarse, ponerse de acuerdo y aplicarlas".

Mientras, la directora del Midem, Dominique Leguern, cree que la solución pasa por una bajada de precio de los discos, "y que los discos vayan acompañados de entradas a conciertos o regalos especiales". Para Hilary B. Rosen es fundamental trabajar una nueva mercadotecnia más agresiva y competitiva. "Tenemos que hacer que el producto sea físicamente más atractivo, más bonito, que den ganas de comprarlo". "Además", añade la estadounidense, "debemos fomentar entre jóvenes la idea de que no están apoyando la música si la consumen gratis, que acabarán con eso que tanto les gusta y en lo que tanto tiempo invierten".

La edad de los principales consumidores de música gratuita está entre los 15 y los 25 años, Taiwan (con 40 fábricas) es el país que más discos ilegales fabrica y en todo el mundo existen 700 millones de ficheros de música que se comparten en Internet. "Hay que buscar soluciones, el debate está abierto, pero en ningún caso contra el consumidor", concluye Dominique Leguern.

El cantante británico Robbie Williams, el sábado en el Midem.
El cantante británico Robbie Williams, el sábado en el Midem.ASSOCIATED PRESS

Un ministro a ritmo de favela

Bossanova electrónica, bossa-trip hop, samba-rock. Brasil, país invitado en la 37ª edición del Midem, abrió anoche el certamen con una fiesta que tuvo como protagonista a uno de los padres del tropicalismo: el nuevo ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil. Con traje y corbata, un maletín pequeño y viejo y una reluciente esmeralda en un dedo de su fibrosa mano derecha, el músico y ministro se desmarcó de los debates industriales, pidió que la economía deje de ser tratada como un asunto cultural y defendió la dimensión social y espiritual de la música y del arte. Habló de política cultural, de un camino muy largo y, hoy por hoy, imprevisible. En el Blue Lounge, uno de los salones centrales del Midem, Gilberto Gil explicó qué es "la samba de las favelas, el hip-hop de las favelas". "En las favelas se ha creado un lenguaje propio, nosotros tenemos la obligación de llevar la cultura a los pobres, pero también tenemos la obligación de conocer y dejarnos llevar por su propia cultura".Horas antes del concierto que -enca-bezado por Tom Zé- reunió a los grupos Barbatuques, Bossacucanova, Cabruêra, Armandinho, Marcia Salomón y Roberto Menescal, Yamandú Costa y Veiga & Salazar-, Gil defendió la diversidad cultural frente a la "marea globalizadora" y aseguró que desde su ministerio se apoyará a las discográficas independientes (400 compañías) de Brasil. "En nuestro Gobierno daremos una atención especial a la industria independiente no sólo porque es un negocio importante, sino porque es lo único que garantiza que se expresará esa diversidad que tanto nos importa preservar". "Me espera un trabajo duro, lo sé", añadió. "Hay que construir un ministerio, crear una burocracia que no existe, darle cuerpo y fuerza y crear una sólida política cultural. Es mucho trabajo, pero el futuro es una fuente de inspiración en Brasil. La historia es un camino por hacer. La tradición, incluido el tropicalismo, está ahí, mirando al futuro, trabajando para el futuro. El futuro nos da fe y alegría. Creemos en lo que va a pasar, creemos en una sociedad y un individuo mejor. El 80% de mi carrera artística se perderá, no tengo tiempo para más, he tomado una decisión y la asumiré". "¿Que por qué hago esto? Lo hago por Lula, un hombre estimulante. Todo lo que pueda hacer para ayudarle lo haré. Brasil es hoy la llave, el lugar estratégico de otra Latinoamérica".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_