La ONU halla en Irak 11 cabezas químicas vacías
El jefe del equipo investigador solicitará al Consejo de Seguridad una ampliación de su misión
Los inspectores de la ONU han descubierto 11 cabezas químicas de proyectiles vacías en el centro de almacenamiento de municiones de Ujaider, a unos 170 kilómetros al sur de Bagdad, según informó ayer un portavoz del equipo investigador sin precisar si el hallazgo constituía una violación de las obligaciones de desarme de Irak. Los inspectores pedirán el próximo día 27, cuando presenten su informe al Consejo de Seguridad, una ampliación de su investigación hasta mediados de febrero. Así lo dejó entender ayer en Bruselas su jefe, el diplomático sueco Hans Blix.
Solana: "El tiempo se está acabando, pero la guerra es aún evitable"
"Las cabezas químicas se hallaban en bastante buen estado", según un portavoz de la ONU
En el complejo de Ujaider, situado en la provincia de Kerbala y que ya había sido inspeccionado el pasado día 7 de enero, fue localizada también otra ojiva pendiente de ser evaluada por los inspectores, además de las 11 cabezas químicas de 122 milímetros en un búnker.
"Las cabezas se encontraban en excelente estado y parecían similares a las importadas por Irak a finales de los años ochenta", aseguró un portavoz de la ONU, quien precisó que una de las ojivas había sido examinada con rayos X y que se habían tomado muestras para ser analizadas.
El Departamento de Estado de EE UU dijo no sentirse "muy sorprendido" por el descubrimiento de los inpectores de Naciones Unidas en Irak. "Las armas químicas son una de las principales razones por las que Irak no ha rendido cuentas", afirmó el portavoz del Departamento, Richard Boucher, en alusión al informe entregado por Bagdad en diciembre.
El Gobierno iraquí se limitó a afirmar que las cabezas químicas localizadas no están vinculadas a ningún programa de armas de destrucción masivas. Los principales miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se abstuvieron ayer de hacer comentarios en un primer momento. El embajador de Estados Unidos, John Negroponte, aseguró: "Parece un desarrollo interesante [...] pero aún no tengo información suficiente [como para decir si se ha violado el desarme]".
Por su parte, días antes de su nuevo y crucial viaje a Bagdad, adonde llegará este fin de semana en compañía del director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, Blix criticó la falta de cooperación de Sadam Husein, y describió la situación como "muy tensa y peligrosa".
Blix realizó una breve visita a la capital comunitaria para informar al Alto Representante de la Unión Europea, Javier Solana, y mantener una reunión de trabajo con los embajadores del Comité Político y de Seguridad de la Unión.
"Irak debe hacer más de lo que ha hecho hasta ahora", dijo midiendo bien las palabras poco antes de emprender ruta a París y Londres. "Debe cooperar de forma más activa, no solamente abriendo puertas, sino enseñando lo que tiene dentro, presentando evidencias y permitiendo entrevistar a sus científicos sin testigos ni intimidación", sentenció Blix.
El jefe de los inspectores fue mucho más crítico que otras veces con la actitud de Bagdad desde que los inspectores iniciaron su misión hace dos meses en cumplimiento con la resolución 1.441 de la ONU aprobada por unanimidad el pasado 8 de noviembre. En un informe preliminar presentado el pasado día 9 ante el Consejo de Seguridad adelantó no haber detectado pruebas sobre arsenales nucleares, químicos o biológicos. A los embajadores les comentó ayer que las autoridades iraquíes se resisten a dar pruebas cuando aseguran haber destruido equipos que los expertos de la ONU habían inventariado en su anterior inspección hace cinco años.
Además, acusó a Sadam de seguir violando la prohibición de Naciones Unidas al importar en los dos últimos años material de armamento convencional, pero no especificó de dónde.
Blix estuvo menos contemporizador que El Baradei, que ayer en Moscú habló claramente de solicitar a la ONU una amplia extensión de las investigaciones. "Pensamos pedirle al Consejo de Seguridad que extienda el mandato por varios meses", anunció. "Sí, eso es lo que dice él, no yo", comentó Blix desde Bruselas.
La idea de una extensa prórroga es algo que desde luego no entra en los planes norteamericanos, que han iniciado ya el despliegue de tropas en la zona y es harto improbable que puedan mantenerlas inactivas durante mucho tiempo. "Al máximo, Washington puede conceder un plazo de tres o cuatro semanas antes de decidir si va o no a la guerra", aventuraba ayer una fuente diplomática europea.
Para Estados Unidos, Sadam esconde su arsenal y considera prácticamente nula la posibilidad de que los inspectores lo descubran. Así lo ha dicho en Bruselas el nuevo presidente de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, Douglas Bereuter, representante republicano. "Tenemos pruebas de primera mano", según Bereuter. "Si es así que lo digan", replicó ayer Blix al contestar que ignoraba si Sadam ha pactado con Siria para ocultar en el país fronterizo parte de su armamento, como ha insinuado un alto jefe militar norteamericano en la Alianza Atlántica. Pero Blix no se quejó ante los embajadores europeos sobre la actitud norteamericana de retener información de inteligencia que dispone sobre los arsenales iraquíes. A Solana le contó que tanto Estados Unidos como el Reino Unido han comenzado a modificar su conducta facilitando a los inspectores más datos.
En cualquier caso, para el jefe de los inspectores "el proceso no concluirá el día 27", fecha en la que debe presentar a los 15 miembros del Consejo de Seguridad el resultado de dos meses de inspecciones. "Estoy casi seguro de que nos pedirá otro informe actualizado a mediados de febrero, pero está claro que cada vez está más impaciente", explicó.
Para Solana, el tiempo se está acabando y también la paciencia de Washington y del resto de la comunidad internacional con Sadam, "pero la guerra es aún evitable, está en sus manos".
"Tiene la obligación de desarmarse y explicar qué ha pasado con las armas que un día detectaron los inspectores", manifestó por su parte ayer en Bruselas la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio.
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