EE UU suspende su campaña de imagen en los países islámicos

EE UU ha descubierto que sus "valores compartidos" con el mundo musulmán son muy escasos. El Departamento de Estado anunció ayer la suspensión de una campaña publicitaria lanzada espectacularmente en octubre y centrada en la inserción de anuncios proamericanos en las televisiones de países mayoritariamente islámicos. La campaña, llamada "Valores compartidos", intentaba hacer llegar el mensaje de que la sociedad estadounidense era tolerante con todas las religiones. Varios gobiernos, como el egipcio y el jordano, la prohibieron. En otros países, el impacto fue insignificante. Un portavoz oficial negó que pudiera hablarse de "fracaso", pero admitió que los anuncios no habían tenido la repercusión esperada.

La campaña publicitaria disponía de un presupuesto de 15 millones de dólares. Esa suma permitía insertar muchísimas cuñas en el abanico televisivo musulmán, teniendo en cuenta que un minuto de máxima audiencia en Al Yazira, la cadena de noticias más cara e influyente del mundo árabe, cuesta 10.000 dólares. Los anuncios, protagonizados por cinco musulmanes ciudadanos o residentes en EE UU (un panadero, un maestro, un estudiante de periodismo, un funcionario y un paramédico), trataban de transmitir el mensaje de que ninguna persona de fe islámica se sentía discriminada en el país.

Pero de los 15 millones presupuestados sólo llegaron a gastarse cinco. Algunas de las poblaciones que centraban el interés de la "diplomacia publicitaria" de Washington no llegaron a ver los anuncios, porque sus gobiernos se negaron. Egipto, Líbano y Jordania hicieron saber que sus televisiones no podían aceptar publicidad de un "gobierno extranjero". En otros países, como Pakistán, Malasia, Indonesia y Kuwait, los anuncios aparecieron hasta el 10 de diciembre, en que, con motivo del inicio del Ramadán, el mes santo musulmán, fueron interrumpidos. Concluido ese periodo, ya no se repusieron.