El calvario de las tallas y las exigencias despiadadas del mercado
Sobre un cast ciertamente meritorio, equilibrado y de buen gusto, hay que decir sin ambages que las modelos están esta temporada excesivamente delgadas. Parece que no se culpa a nadie de la tendencia. Es una evidencia del forzado del biotipo hacia las exigencias despiadadas de un mercado y una estética poco conscientes de otras realidades más allá de las pasarelas y los reportajes fotográficos promocionales.
Eugenia Silva, Verónica Blume, Laura Sánchez, que ya son en cierto sentido iconos generacionales, siguen siendo mujeres muy hermosas pero a las que la búsqueda de un look imposible las coloca en un borde filoso sobre el que se ha discutido mucho. Esto se hizo evidente en el desfile de bañadores de Guillermina Baeza.
Puede que el asunto no esté solamente en el calvario de las tallas y en la discusión sobre el drama de la anorexia, sino en lo que subliminalmente (y aquí entra lo estrictamente ético) se quiere ofrecer como volumen corporal ideal en sus propias y particulares proporciones.
Que la moda tenga mucho de 'fábrica de sueños' no significa de manera alguna que se convierta en un frustrante muestrario de 'sueños imposibles'. En esto tiene una gran responsabilidad el guión publicitario y el estrecho baremo en que se mueve la selección y aceptación de lo bello y lo perfecto. Sobre el asunto de las tallas se debe y se seguirá discutiendo.
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